En Tasmania, más de una docena de residentes perdieron aproximadamente $1.64 millones en estafas de cajeros automáticos de criptomonedas, siendo una víctima la que perdió $493,000. Las estafas, que tenían como objetivo principalmente a personas mayores, utilizaron intimidación y falsas promesas, revelando brechas regulatorias en medio del crecimiento de los cajeros automáticos de criptomonedas.