¿Recuerdas la locura de '99 y 2000? Las favoritas de las dot-com tenían valoraciones de mil millones de dólares a pesar de perder dinero en cada transacción. La fórmula era sencilla: las métricas de tráfico y el reconocimiento de marca superaban la rentabilidad.

Los traders abandonaban salarios estables para dedicarse a hacer trading de acciones a tiempo completo—¿cualificación? Un sufijo .com era suficiente. Mientras tanto, los fundadores quemaban sus fondos en anuncios del Super Bowl y mesas de ping-pong en la oficina, convencidos de que el crecimiento justificaría la tasa de quema. ¿Suena familiar?