Un drama judicial se desarrolló este martes cuando un juez tomó la controvertida decisión de anular lo que un jurado había decidido apenas unos días antes. ¿El caso? La personalidad de las redes sociales y bloguera Milagro Cooper se enfrenta ahora a una acusación por difamación.

La demanda surge de una queja presentada el año pasado por la rapera ganadora del Grammy Megan Thee Stallion, quien acusó a Cooper de difundir declaraciones falsas y perjudiciales en plataformas digitales. A pesar de que el jurado inicialmente se inclinó en una dirección, el juez intervino para revocar esa decisión, una acción que está levantando cejas tanto en círculos legales como en la comunidad de influencers.

Este caso pone de manifiesto la creciente tensión entre la libertad de expresión y la rendición de cuentas en la economía de los creadores. A medida que los creadores de contenido adquieren más influencia, los límites legales sobre lo que pueden decir acerca de figuras públicas se están poniendo a prueba en tiempo real. El fallo de responsabilidad contra Cooper podría sentar un precedente sobre cómo los tribunales abordan las reclamaciones de difamación contra comentaristas digitales en el futuro.

Ni los equipos legales de Cooper ni los de Megan Thee Stallion han emitido declaraciones públicas detalladas tras la decisión del martes. El resultado sirve como un recordatorio contundente de que construir una audiencia en línea conlleva riesgos legales que no pueden ser ignorados.