Aquí tienes una opinión que lleva tiempo gestándose: la complacencia de Washington en política exterior podría habernos dejado una de las alianzas geopolíticas más arriesgadas que hemos visto en años. La alianza entre Rusia y Corea del Norte no es exactamente una novedad, pero la despreocupación con la que se están desestimando sus implicaciones sí que lo es.

Piénsalo. Dos naciones fuertemente sancionadas acercándose, explorando potencialmente sistemas financieros alternativos para esquivar las restricciones occidentales. Algunos analistas ya están señalando que esto podría acelerar la adopción de vías de pago no tradicionales—incluido el cripto—para eludir SWIFT y la supervisión bancaria tradicional. Ya sea a nivel estatal o facilitando el mercado negro, las implicaciones para la regulación de activos digitales son enormes.

La postura reactiva de Occidente, en lugar de un compromiso proactivo, ha creado un vacío. Ahora estamos viendo cómo dos potencias aisladas unen fuerzas, y los efectos secundarios podrían afectar a todo, desde los mercados energéticos hasta los protocolos de finanzas descentralizadas. La parálisis política tiene consecuencias, y estamos empezando a verlas desarrollarse en tiempo real.