¿Los mercados de productos básicos? Han tenido un viaje salvaje desde 2020. El caos de la pandemia desajustó todo. Las oscilaciones de políticas avivaron el fuego. Estallaron guerras, se impusieron sanciones: las cadenas de suministro fueron golpeadas, la demanda se descontroló. Todo el sector ha estado funcionando a tope, lleno de volatilidad. Pero aquí está la cosa: 2026 podría ser cuando la realidad finalmente se imponga. Los mercados podrían enfriarse, sacudirse la fiebre. ¿Ese subidón de adrenalina? Se está desvaneciendo. Podríamos estar entrando en una fase donde las cosas realmente se estabilicen—o al menos dejen de oscilar tan violentamente. La resaca se avecina.