En un contexto de aumento de la aversión al riesgo en el mercado en general, los fundamentos de las cadenas de bloques Layer 1 también están bajo presión, y Solana (SOL) se está convirtiendo en uno de los casos más observados. Desde el punto de vista del rendimiento del precio, SOL ha caído aproximadamente un 37% en este trimestre, alcanzando la mayor caída trimestral desde el segundo trimestre de 2022, convirtiéndose en uno de los activos criptográficos principales con peor rendimiento en el mismo período, mientras la confianza del mercado y el FOMO continúan disminuyendo.
Los datos en cadena refuerzan aún más las características de una “fase de capitulación”. Desde su pico de 250 dólares, SOL ha retrocedido más del 50%, las pérdidas realizadas de los poseedores a corto plazo se han ampliado notablemente, y el indicador STH NUPL ha caído rápidamente, mostrando que una gran cantidad de tokens están en manos de inversores en pérdidas y en movimiento dentro de esa zona. Al mismo tiempo, el LTH NUPL de los poseedores a largo plazo ha vuelto a niveles de abril de este año, cuando se produjo una caída de aproximadamente el 30% en SOL. Esto indica que, incluso el capital a largo plazo, está siendo consumido gradualmente en su paciencia.
Lo que es aún más preocupante es que la presión bajista ya está afectando los fundamentos de la red Solana. En los últimos dos años, el número de validadores en la red ha caído aproximadamente un 68%, quedando actualmente alrededor de 800 nodos. Este cambio ha generado preocupaciones generalizadas sobre el grado de descentralización y la seguridad de la red.
El núcleo del problema radica en el aumento abrupto del costo de staking. A medida que el precio de SOL se debilita, la cantidad de tokens que los validadores deben apostar aumenta pasivamente, y el valor necesario para mantener un nodo en funcionamiento es de aproximadamente 17 millones de dólares, casi el triple de lo que era anteriormente. En un entorno de caída de precios y presión en los rendimientos, este umbral representa una carga enorme para validadores pequeños y medianos, lo que ha llevado a que algunos nodos opten por salir.
Esto hace que la corrección de Solana ya no sea solo una “ajuste saludable del mercado”. Aunque en el nivel ecológico todavía se están promoviendo narrativas como ETF, la actualización Firedancer, la adopción institucional y la expansión multichain, la pérdida de validadores en la práctica está poniendo en jaque la adopción y la resistencia de la red.
Si esta tendencia continúa, Solana no solo enfrentará una prueba en sus niveles clave de soporte, sino que también la resiliencia a largo plazo de su ecosistema podría verse afectada. Para los inversores, el riesgo actual ya no se limita a la volatilidad del precio, sino que se extiende a la estabilidad misma de la estructura de la red.
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Análisis de la crisis de validadores de Solana: los nodos se reducen a 800, la resistencia de la red está en prueba
En un contexto de aumento de la aversión al riesgo en el mercado en general, los fundamentos de las cadenas de bloques Layer 1 también están bajo presión, y Solana (SOL) se está convirtiendo en uno de los casos más observados. Desde el punto de vista del rendimiento del precio, SOL ha caído aproximadamente un 37% en este trimestre, alcanzando la mayor caída trimestral desde el segundo trimestre de 2022, convirtiéndose en uno de los activos criptográficos principales con peor rendimiento en el mismo período, mientras la confianza del mercado y el FOMO continúan disminuyendo.
Los datos en cadena refuerzan aún más las características de una “fase de capitulación”. Desde su pico de 250 dólares, SOL ha retrocedido más del 50%, las pérdidas realizadas de los poseedores a corto plazo se han ampliado notablemente, y el indicador STH NUPL ha caído rápidamente, mostrando que una gran cantidad de tokens están en manos de inversores en pérdidas y en movimiento dentro de esa zona. Al mismo tiempo, el LTH NUPL de los poseedores a largo plazo ha vuelto a niveles de abril de este año, cuando se produjo una caída de aproximadamente el 30% en SOL. Esto indica que, incluso el capital a largo plazo, está siendo consumido gradualmente en su paciencia.
Lo que es aún más preocupante es que la presión bajista ya está afectando los fundamentos de la red Solana. En los últimos dos años, el número de validadores en la red ha caído aproximadamente un 68%, quedando actualmente alrededor de 800 nodos. Este cambio ha generado preocupaciones generalizadas sobre el grado de descentralización y la seguridad de la red.
El núcleo del problema radica en el aumento abrupto del costo de staking. A medida que el precio de SOL se debilita, la cantidad de tokens que los validadores deben apostar aumenta pasivamente, y el valor necesario para mantener un nodo en funcionamiento es de aproximadamente 17 millones de dólares, casi el triple de lo que era anteriormente. En un entorno de caída de precios y presión en los rendimientos, este umbral representa una carga enorme para validadores pequeños y medianos, lo que ha llevado a que algunos nodos opten por salir.
Esto hace que la corrección de Solana ya no sea solo una “ajuste saludable del mercado”. Aunque en el nivel ecológico todavía se están promoviendo narrativas como ETF, la actualización Firedancer, la adopción institucional y la expansión multichain, la pérdida de validadores en la práctica está poniendo en jaque la adopción y la resistencia de la red.
Si esta tendencia continúa, Solana no solo enfrentará una prueba en sus niveles clave de soporte, sino que también la resiliencia a largo plazo de su ecosistema podría verse afectada. Para los inversores, el riesgo actual ya no se limita a la volatilidad del precio, sino que se extiende a la estabilidad misma de la estructura de la red.