La tendencia navideña se encuentra con las preocupaciones sobre IA: Wall Street enfrenta la prueba de realidad de las operaciones con inteligencia artificial
A medida que 2025 se acerca a su fin, Wall Street se encuentra en una encrucijada. Por un lado, la tradicional “euforia navideña” de diciembre tiene un historial de alta probabilidad de éxito; por otro lado, el impulso alcista en las acciones estadounidenses impulsado por la inteligencia artificial (IA) en los últimos años enfrenta una duda sin precedentes. Esta contradicción hace que los inversores vacilen entre seguir comprando en alza y protegerse contra correcciones.
Según datos históricos, la euforia navideña generalmente cubre los últimos cinco días de negociación de diciembre y los primeros dos días de enero. Desde 1929, en esta ventana temporal, el mercado tiene aproximadamente un 79% de probabilidad de subir, con una rentabilidad media de aproximadamente el 1.6%. En los últimos ocho años, solo ha habido una caída. Sin embargo, el alto consenso en torno a esta regla ha generado preocupación. Algunos inversores creen que las operaciones demasiado “apretadas” suelen ofrecer retornos decrecientes e incluso pueden ser un desencadenante de movimientos contrarios en el mercado.
El cansancio en los activos de riesgo ya empieza a ser evidente. El precio actual de Bitcoin es de aproximadamente 89,460 dólares, habiendo caído cerca del 7% en el último mes, sin poder mantener el importante rango por encima de los 95,000 dólares previamente alcanzados. Esta debilidad se considera una señal de una disminución en la preferencia de riesgo global.
El foco más profundo sigue en el sector de la inteligencia artificial. En los últimos tres años, la narrativa de IA ha impulsado un crecimiento en la capitalización del índice S&P 500 de aproximadamente 30 billones de dólares, pero recientemente, desde la corrección de Nvidia, la caída de las acciones tras la revelación de altas inversiones en IA por parte de Oracle, hasta el enfriamiento en el mercado respecto a las empresas relacionadas con OpenAI, muestran que los inversores están reconsiderando los ciclos de retorno. Alphabet, Microsoft, Amazon y Meta planean invertir más de 400 mil millones de dólares en la construcción de centros de datos en el próximo año, con costos de depreciación en rápido aumento, pero los retornos aún no se han materializado completamente.
Las encuestas muestran que menos de la mitad de los proyectos de IA han logrado beneficios superiores a los costos, pero la mayoría de las empresas todavía planean aumentar la inversión. Esta disonancia entre inversión y expectativa de retorno se ha convertido en la duda más importante del mercado respecto a las operaciones con IA.
A pesar de ello, comparar directamente la situación actual con la burbuja de Internet de 2000 resulta exagerado. El ratio P/E del índice Nasdaq 100 está en torno a 26 veces, significativamente por debajo de los niveles extremos de esa época. A corto plazo, los factores estacionales y el miedo a perderse oportunidades (FOMO) todavía pueden sostener el mercado; pero de cara a 2026, la capacidad de la inversión en inteligencia artificial para generar beneficios será la variable clave que determine la dirección del mercado.
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La tendencia navideña se encuentra con las preocupaciones sobre IA: Wall Street enfrenta la prueba de realidad de las operaciones con inteligencia artificial
A medida que 2025 se acerca a su fin, Wall Street se encuentra en una encrucijada. Por un lado, la tradicional “euforia navideña” de diciembre tiene un historial de alta probabilidad de éxito; por otro lado, el impulso alcista en las acciones estadounidenses impulsado por la inteligencia artificial (IA) en los últimos años enfrenta una duda sin precedentes. Esta contradicción hace que los inversores vacilen entre seguir comprando en alza y protegerse contra correcciones.
Según datos históricos, la euforia navideña generalmente cubre los últimos cinco días de negociación de diciembre y los primeros dos días de enero. Desde 1929, en esta ventana temporal, el mercado tiene aproximadamente un 79% de probabilidad de subir, con una rentabilidad media de aproximadamente el 1.6%. En los últimos ocho años, solo ha habido una caída. Sin embargo, el alto consenso en torno a esta regla ha generado preocupación. Algunos inversores creen que las operaciones demasiado “apretadas” suelen ofrecer retornos decrecientes e incluso pueden ser un desencadenante de movimientos contrarios en el mercado.
El cansancio en los activos de riesgo ya empieza a ser evidente. El precio actual de Bitcoin es de aproximadamente 89,460 dólares, habiendo caído cerca del 7% en el último mes, sin poder mantener el importante rango por encima de los 95,000 dólares previamente alcanzados. Esta debilidad se considera una señal de una disminución en la preferencia de riesgo global.
El foco más profundo sigue en el sector de la inteligencia artificial. En los últimos tres años, la narrativa de IA ha impulsado un crecimiento en la capitalización del índice S&P 500 de aproximadamente 30 billones de dólares, pero recientemente, desde la corrección de Nvidia, la caída de las acciones tras la revelación de altas inversiones en IA por parte de Oracle, hasta el enfriamiento en el mercado respecto a las empresas relacionadas con OpenAI, muestran que los inversores están reconsiderando los ciclos de retorno. Alphabet, Microsoft, Amazon y Meta planean invertir más de 400 mil millones de dólares en la construcción de centros de datos en el próximo año, con costos de depreciación en rápido aumento, pero los retornos aún no se han materializado completamente.
Las encuestas muestran que menos de la mitad de los proyectos de IA han logrado beneficios superiores a los costos, pero la mayoría de las empresas todavía planean aumentar la inversión. Esta disonancia entre inversión y expectativa de retorno se ha convertido en la duda más importante del mercado respecto a las operaciones con IA.
A pesar de ello, comparar directamente la situación actual con la burbuja de Internet de 2000 resulta exagerado. El ratio P/E del índice Nasdaq 100 está en torno a 26 veces, significativamente por debajo de los niveles extremos de esa época. A corto plazo, los factores estacionales y el miedo a perderse oportunidades (FOMO) todavía pueden sostener el mercado; pero de cara a 2026, la capacidad de la inversión en inteligencia artificial para generar beneficios será la variable clave que determine la dirección del mercado.