¡Se confirma la señal de advertencia de "Hindenburg" en las acciones estadounidenses! La participación de las acciones tecnológicas del 56% está en cuenta regresiva para el colapso
Wall Street mostró a finales de octubre una señal técnica poco frecuente llamada “Presagio de Hindenburg” (Hindenburg Omen), que, según la experiencia histórica, suele aparecer antes de un desplome en las acciones estadounidenses. El índice S&P 500 y el índice compuesto de la Bolsa de Nueva York activaron simultáneamente esta señal, lo que indica que la amplitud del mercado se ha estrechado claramente y que la estructura interna se ha desequilibrado aún más. La proporción de acciones tecnológicas en la capitalización total del mercado estadounidense ha alcanzado un récord aproximado del 56%.
¿Qué es el Presagio de Hindenburg? Cuatro condiciones que se activan simultáneamente
(Origen: Trading View)
El “Presagio de Hindenburg” es un indicador de análisis técnico creado por el difunto matemático estadounidense Jim Miekka, cuyo nombre proviene del accidente del dirigible Hindenburg en 1937 en Alemania, y se usa para predecir posibles caídas importantes en el mercado o riesgos de colapso bursátil. Para que se active esta señal, deben cumplirse simultáneamente cuatro condiciones específicas.
La primera condición es que el mercado esté en tendencia alcista, específicamente que el índice compuesto de la Bolsa de Nueva York (NYSE Composite) esté por encima de su media móvil de 10 semanas o de 50 días. Esto asegura que la señal solo se active en un entorno de mercado en auge, ya que solo cuando el mercado está en niveles altos, la fuerza de una caída puede ser mayor. La segunda condición es que el número de acciones que alcanzan nuevos máximos y nuevos mínimos en 52 semanas represente al menos el 2.2% del total de acciones. Esto captura fenómenos de polarización extrema dentro del mercado.
La tercera condición es que el número de acciones que alcanzan nuevos máximos o mínimos en 52 semanas, en menor cantidad, supere el 2.8% del total de acciones en circulación en la NYSE. Esto asegura que tanto los nuevos máximos como los nuevos mínimos sean significativos, y que no domine una sola tendencia extrema. La cuarta condición es que el Oscilador de McClellan pase a valores negativos, lo que indica que el volumen de acciones en caída supera al de las que suben, reflejando una debilitación interna del mercado.
Cuatro condiciones para activar el Presagio de Hindenburg
Confirmación de tendencia alcista: NYSE Composite por encima de su media móvil de 10 semanas o 50 días
Alta simultaneidad en nuevos máximos y mínimos: Ambos representando más del 2.2% del total
Extremos en ambas direcciones: El menor entre nuevos máximos y mínimos supera el 2.8% del total
Amplitud del mercado en negativo: Oscilador de McClellan en valores negativos
Cuando el mercado cumple estas cuatro condiciones, se activa una advertencia. Si en los siguientes 36 días se repite la misma señal, el “Presagio de Hindenburg” se confirma oficialmente. En los últimos 20 años, la aparición de esta señal confirmada ha estado asociada con una probabilidad de que en el corto plazo se produzca una caída significativa.
El significado detrás de estas condiciones es sencillo de entender. El “Presagio de Hindenburg” busca detectar comportamientos descoordinados en el mercado en niveles históricos altos. Por ejemplo, que tanto los nuevos máximos como los nuevos mínimos alcancen niveles elevados, mientras que la tendencia del índice sigue siendo alcista y el Oscilador de McClellan está en territorio negativo, lo que recuerda un “divergente bajista” entre el índice y la amplitud del mercado, pero en una forma más severa.
El 56% de las acciones tecnológicas revela un desequilibrio estructural en el mercado
Cabe destacar que en los últimos años, la tendencia alcista del mercado ha sido impulsada principalmente por los sectores tecnológicos y de inteligencia artificial (IA), especialmente por las “siete grandes” empresas tecnológicas que continúan liderando el mercado, impulsando los índices a nuevos máximos. Como resultado, la proporción de acciones tecnológicas en la capitalización total del mercado estadounidense ha alcanzado aproximadamente el 56% en récord histórico. La capitalización combinada de las diez principales empresas tecnológicas supera los 25.6 billones de dólares, representando más del 42% del valor total del índice S&P 500.
Esta concentración es extremadamente rara en la historia del mercado estadounidense. Incluso en los picos de la burbuja tecnológica, la participación de las tecnológicas no alcanzaba niveles tan extremos. Cuando unas pocas empresas dominan el mercado, el riesgo sistémico aumenta significativamente. Si estas empresas líderes enfrentan problemas, el mercado en su conjunto carecerá del apoyo de otros sectores.
Sin embargo, otros sectores muestran un rendimiento claramente rezagado o incluso debilitado, lo que genera un desequilibrio estructural grave. La aparición del “Presagio de Hindenburg” refleja esta desconexión interna del mercado, donde el índice parece fuerte, pero en realidad solo se sostiene con las acciones de unas pocas gigantes tecnológicas, mientras que la salud general del mercado se deteriora notablemente. Este desequilibrio no puede mantenerse a largo plazo; si las tecnológicas se debilitan, el mercado podría experimentar una reacción en cadena.
Desde una perspectiva histórica, la aparición del “Presagio de Hindenburg” no siempre precede un colapso del mercado, en algunos casos solo indica una corrección normal. Sin embargo, no se puede ignorar que, antes de grandes desplomes en Wall Street, este presagio ha funcionado como una advertencia precisa. Por ejemplo, antes del desplome de 1987 y de la crisis financiera de 2008, se confirmaron estas señales.
Además, incluso si la señal no se confirma (solo como advertencia), no significa que el mercado esté seguro. De hecho, tras las advertencias en noviembre de 2021 y a finales de enero de 2020, el mercado sufrió caídas superiores al 20% y casi el 40%, respectivamente. Esto demuestra que, incluso en fase de advertencia, la señal puede reflejar riesgos estructurales latentes en el mercado.
Diferencia en el tiempo de desplome y retroceso histórico del S&P
Aunque el “Presagio de Hindenburg” ha predicho con precisión varias caídas importantes, no existe un patrón fijo en el momento en que se produce un desplome en Wall Street. Las estadísticas muestran que el mercado suele comenzar a caer aproximadamente entre 3 semanas y dos meses (alrededor de 40 días) después de la señal. Sin embargo, también hay casos de retrasos mayores. En algunos períodos, las señales se presentan de forma intensificada, pero el mercado continúa alcanzando nuevos máximos en el corto plazo, hasta que en meses posteriores comienza la tendencia bajista.
Por ejemplo, en agosto y septiembre de 2007, el NYSE emitió varias señales del “Presagio de Hindenburg”, pero en ese mismo año, en octubre, el mercado alcanzó nuevos máximos, y la caída significativa no ocurrió hasta el segundo semestre de 2008. Esto recuerda a los inversores que, aunque la señal advierte, no indica un cambio de tendencia inmediato. Al analizar el comportamiento del índice S&P en los 5 a 250 días posteriores a la emisión de la señal, se observa que en los primeros 5 y 10 días hábiles, la mayoría de las veces (57% y 63%) el mercado no sufre caídas importantes, reflejando que la señal no implica una caída instantánea.
Por otro lado, en los 20, 50 y 100 días posteriores, el índice suele experimentar correcciones más marcadas, con caídas del 70% o más en algunos casos, lo que coincide con el período en que la señal “entra en efecto”. Además, el análisis de la distribución del “Presagio de Hindenburg” muestra que suele coincidir en el tiempo con los desplomes del índice Dow Jones o en períodos cercanos.
Muchos analistas consideran que, cuando varias de las principales métricas cumplen las condiciones del “Presagio de Hindenburg” simultáneamente, la estructura del mercado está muy descoordinada, y la fiabilidad de la señal aumenta, así como la probabilidad de una caída significativa o incluso un colapso en las acciones. Actualmente, la aparición conjunta del “Presagio” en el índice S&P 500 y en el Dow Jones indica que la amplitud del mercado se ha reducido claramente y que la estructura interna está aún más desequilibrada. Por ello, no se puede descartar un riesgo de corrección profunda en el futuro cercano.
En resumen, las recientes activaciones del “Presagio de Hindenburg” en el Dow y el S&P sugieren que la estructura del mercado presenta una desconexión evidente. La fase alcista actual podría estar en una etapa media o final, con cierto impulso, pero con un potencial de subida limitado. Dada la situación de sobrecalentamiento y desequilibrio, los inversores deberían actuar con cautela y evitar comprar en exceso.
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· hace13h
Las acciones estadounidenses muestran señales de advertencia de "Hindenburg Omen" ¡La alarma se confirma! La participación de las acciones tecnológicas en la capitalización total del mercado ha colapsado, acercándose al final del conteo regresivo. A finales de octubre, Wall Street presentó una señal técnica poco común llamada "Hindenburg Omen", que según la experiencia histórica, suele aparecer antes de un colapso del mercado estadounidense. El índice S&P 500 y el índice compuesto de la Bolsa de Nueva York activaron simultáneamente esta señal, lo que indica que la amplitud del mercado se ha reducido notablemente y que la estructura interna se ha desequilibrado aún más. La proporción de acciones tecnológicas en la capitalización total del mercado de EE. UU. ha alcanzado un récord de aproximadamente 56%. ¿Qué es el Hindenburg Omen? Cuatro condiciones que se activan simultáneamente
¡Se confirma la señal de advertencia de "Hindenburg" en las acciones estadounidenses! La participación de las acciones tecnológicas del 56% está en cuenta regresiva para el colapso
Wall Street mostró a finales de octubre una señal técnica poco frecuente llamada “Presagio de Hindenburg” (Hindenburg Omen), que, según la experiencia histórica, suele aparecer antes de un desplome en las acciones estadounidenses. El índice S&P 500 y el índice compuesto de la Bolsa de Nueva York activaron simultáneamente esta señal, lo que indica que la amplitud del mercado se ha estrechado claramente y que la estructura interna se ha desequilibrado aún más. La proporción de acciones tecnológicas en la capitalización total del mercado estadounidense ha alcanzado un récord aproximado del 56%.
¿Qué es el Presagio de Hindenburg? Cuatro condiciones que se activan simultáneamente
(Origen: Trading View)
El “Presagio de Hindenburg” es un indicador de análisis técnico creado por el difunto matemático estadounidense Jim Miekka, cuyo nombre proviene del accidente del dirigible Hindenburg en 1937 en Alemania, y se usa para predecir posibles caídas importantes en el mercado o riesgos de colapso bursátil. Para que se active esta señal, deben cumplirse simultáneamente cuatro condiciones específicas.
La primera condición es que el mercado esté en tendencia alcista, específicamente que el índice compuesto de la Bolsa de Nueva York (NYSE Composite) esté por encima de su media móvil de 10 semanas o de 50 días. Esto asegura que la señal solo se active en un entorno de mercado en auge, ya que solo cuando el mercado está en niveles altos, la fuerza de una caída puede ser mayor. La segunda condición es que el número de acciones que alcanzan nuevos máximos y nuevos mínimos en 52 semanas represente al menos el 2.2% del total de acciones. Esto captura fenómenos de polarización extrema dentro del mercado.
La tercera condición es que el número de acciones que alcanzan nuevos máximos o mínimos en 52 semanas, en menor cantidad, supere el 2.8% del total de acciones en circulación en la NYSE. Esto asegura que tanto los nuevos máximos como los nuevos mínimos sean significativos, y que no domine una sola tendencia extrema. La cuarta condición es que el Oscilador de McClellan pase a valores negativos, lo que indica que el volumen de acciones en caída supera al de las que suben, reflejando una debilitación interna del mercado.
Cuatro condiciones para activar el Presagio de Hindenburg
Confirmación de tendencia alcista: NYSE Composite por encima de su media móvil de 10 semanas o 50 días
Alta simultaneidad en nuevos máximos y mínimos: Ambos representando más del 2.2% del total
Extremos en ambas direcciones: El menor entre nuevos máximos y mínimos supera el 2.8% del total
Amplitud del mercado en negativo: Oscilador de McClellan en valores negativos
Cuando el mercado cumple estas cuatro condiciones, se activa una advertencia. Si en los siguientes 36 días se repite la misma señal, el “Presagio de Hindenburg” se confirma oficialmente. En los últimos 20 años, la aparición de esta señal confirmada ha estado asociada con una probabilidad de que en el corto plazo se produzca una caída significativa.
El significado detrás de estas condiciones es sencillo de entender. El “Presagio de Hindenburg” busca detectar comportamientos descoordinados en el mercado en niveles históricos altos. Por ejemplo, que tanto los nuevos máximos como los nuevos mínimos alcancen niveles elevados, mientras que la tendencia del índice sigue siendo alcista y el Oscilador de McClellan está en territorio negativo, lo que recuerda un “divergente bajista” entre el índice y la amplitud del mercado, pero en una forma más severa.
El 56% de las acciones tecnológicas revela un desequilibrio estructural en el mercado
Cabe destacar que en los últimos años, la tendencia alcista del mercado ha sido impulsada principalmente por los sectores tecnológicos y de inteligencia artificial (IA), especialmente por las “siete grandes” empresas tecnológicas que continúan liderando el mercado, impulsando los índices a nuevos máximos. Como resultado, la proporción de acciones tecnológicas en la capitalización total del mercado estadounidense ha alcanzado aproximadamente el 56% en récord histórico. La capitalización combinada de las diez principales empresas tecnológicas supera los 25.6 billones de dólares, representando más del 42% del valor total del índice S&P 500.
Esta concentración es extremadamente rara en la historia del mercado estadounidense. Incluso en los picos de la burbuja tecnológica, la participación de las tecnológicas no alcanzaba niveles tan extremos. Cuando unas pocas empresas dominan el mercado, el riesgo sistémico aumenta significativamente. Si estas empresas líderes enfrentan problemas, el mercado en su conjunto carecerá del apoyo de otros sectores.
Sin embargo, otros sectores muestran un rendimiento claramente rezagado o incluso debilitado, lo que genera un desequilibrio estructural grave. La aparición del “Presagio de Hindenburg” refleja esta desconexión interna del mercado, donde el índice parece fuerte, pero en realidad solo se sostiene con las acciones de unas pocas gigantes tecnológicas, mientras que la salud general del mercado se deteriora notablemente. Este desequilibrio no puede mantenerse a largo plazo; si las tecnológicas se debilitan, el mercado podría experimentar una reacción en cadena.
Desde una perspectiva histórica, la aparición del “Presagio de Hindenburg” no siempre precede un colapso del mercado, en algunos casos solo indica una corrección normal. Sin embargo, no se puede ignorar que, antes de grandes desplomes en Wall Street, este presagio ha funcionado como una advertencia precisa. Por ejemplo, antes del desplome de 1987 y de la crisis financiera de 2008, se confirmaron estas señales.
Además, incluso si la señal no se confirma (solo como advertencia), no significa que el mercado esté seguro. De hecho, tras las advertencias en noviembre de 2021 y a finales de enero de 2020, el mercado sufrió caídas superiores al 20% y casi el 40%, respectivamente. Esto demuestra que, incluso en fase de advertencia, la señal puede reflejar riesgos estructurales latentes en el mercado.
Diferencia en el tiempo de desplome y retroceso histórico del S&P
Aunque el “Presagio de Hindenburg” ha predicho con precisión varias caídas importantes, no existe un patrón fijo en el momento en que se produce un desplome en Wall Street. Las estadísticas muestran que el mercado suele comenzar a caer aproximadamente entre 3 semanas y dos meses (alrededor de 40 días) después de la señal. Sin embargo, también hay casos de retrasos mayores. En algunos períodos, las señales se presentan de forma intensificada, pero el mercado continúa alcanzando nuevos máximos en el corto plazo, hasta que en meses posteriores comienza la tendencia bajista.
Por ejemplo, en agosto y septiembre de 2007, el NYSE emitió varias señales del “Presagio de Hindenburg”, pero en ese mismo año, en octubre, el mercado alcanzó nuevos máximos, y la caída significativa no ocurrió hasta el segundo semestre de 2008. Esto recuerda a los inversores que, aunque la señal advierte, no indica un cambio de tendencia inmediato. Al analizar el comportamiento del índice S&P en los 5 a 250 días posteriores a la emisión de la señal, se observa que en los primeros 5 y 10 días hábiles, la mayoría de las veces (57% y 63%) el mercado no sufre caídas importantes, reflejando que la señal no implica una caída instantánea.
Por otro lado, en los 20, 50 y 100 días posteriores, el índice suele experimentar correcciones más marcadas, con caídas del 70% o más en algunos casos, lo que coincide con el período en que la señal “entra en efecto”. Además, el análisis de la distribución del “Presagio de Hindenburg” muestra que suele coincidir en el tiempo con los desplomes del índice Dow Jones o en períodos cercanos.
Muchos analistas consideran que, cuando varias de las principales métricas cumplen las condiciones del “Presagio de Hindenburg” simultáneamente, la estructura del mercado está muy descoordinada, y la fiabilidad de la señal aumenta, así como la probabilidad de una caída significativa o incluso un colapso en las acciones. Actualmente, la aparición conjunta del “Presagio” en el índice S&P 500 y en el Dow Jones indica que la amplitud del mercado se ha reducido claramente y que la estructura interna está aún más desequilibrada. Por ello, no se puede descartar un riesgo de corrección profunda en el futuro cercano.
En resumen, las recientes activaciones del “Presagio de Hindenburg” en el Dow y el S&P sugieren que la estructura del mercado presenta una desconexión evidente. La fase alcista actual podría estar en una etapa media o final, con cierto impulso, pero con un potencial de subida limitado. Dada la situación de sobrecalentamiento y desequilibrio, los inversores deberían actuar con cautela y evitar comprar en exceso.