#加密资产监管 Al ver estas palabras de Raj Gokal en la conferencia Breakpoint, la primera idea que me vino a la mente fue el eco de aquella fiesta de 2017. En aquel entonces también hablábamos de la proporción de cadenas, cuota de mercado, expansión del ecosistema, pero los proyectos realmente implementados eran muy pocos. Ahora, que muchas startups con ingresos superiores a mil millones de dólares en Solana están construidas sobre ella, suena muy familiar—porque he visto ciclos así demasiadas veces: primero la competencia en infraestructura se intensifica, luego la narrativa de prosperidad del ecosistema, y finalmente volvemos a la realidad regulatoria.
Pero esta vez hay algunas diferencias. La "clara regulación" y el "apoyo de los principales países" que Raj mencionó, en 2017 eran completamente inimaginables. En aquel entonces mirábamos con temor la postura de los bancos centrales de diferentes países, y ahora Estados Unidos tiene una política relativamente clara, y algunos países están comenzando a emitir activos en la cadena. Este cambio en el entorno, en esencia, altera las reglas del juego.
Desde una perspectiva histórica, el éxito o fracaso en la capa de infraestructura suele determinarse por el grado de madurez del ecosistema. Puedo entender la lógica de Solana de ajustar su objetivo del porcentaje del mercado financiero global al 25%, y luego luchar por un 10% más, pero también hay que tener cuidado. Cada vez que vemos ambiciones tan grandes, también es cuando los riesgos más fácilmente se pasan por alto. Participar en 1700 hackatones es impresionante, pero la calidad puede ser muy desigual—como en el caso de Ethereum en su auge, donde tras la prosperidad había muchos proyectos zombis.
Lo que realmente merece reflexión es si la mayor amigabilidad regulatoria nos proporciona una base más sólida o si, en medio de la prosperidad, perdemos la vigilancia. La historia nos enseña que la segunda opción suele tener un costo mucho mayor.
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#加密资产监管 Al ver estas palabras de Raj Gokal en la conferencia Breakpoint, la primera idea que me vino a la mente fue el eco de aquella fiesta de 2017. En aquel entonces también hablábamos de la proporción de cadenas, cuota de mercado, expansión del ecosistema, pero los proyectos realmente implementados eran muy pocos. Ahora, que muchas startups con ingresos superiores a mil millones de dólares en Solana están construidas sobre ella, suena muy familiar—porque he visto ciclos así demasiadas veces: primero la competencia en infraestructura se intensifica, luego la narrativa de prosperidad del ecosistema, y finalmente volvemos a la realidad regulatoria.
Pero esta vez hay algunas diferencias. La "clara regulación" y el "apoyo de los principales países" que Raj mencionó, en 2017 eran completamente inimaginables. En aquel entonces mirábamos con temor la postura de los bancos centrales de diferentes países, y ahora Estados Unidos tiene una política relativamente clara, y algunos países están comenzando a emitir activos en la cadena. Este cambio en el entorno, en esencia, altera las reglas del juego.
Desde una perspectiva histórica, el éxito o fracaso en la capa de infraestructura suele determinarse por el grado de madurez del ecosistema. Puedo entender la lógica de Solana de ajustar su objetivo del porcentaje del mercado financiero global al 25%, y luego luchar por un 10% más, pero también hay que tener cuidado. Cada vez que vemos ambiciones tan grandes, también es cuando los riesgos más fácilmente se pasan por alto. Participar en 1700 hackatones es impresionante, pero la calidad puede ser muy desigual—como en el caso de Ethereum en su auge, donde tras la prosperidad había muchos proyectos zombis.
Lo que realmente merece reflexión es si la mayor amigabilidad regulatoria nos proporciona una base más sólida o si, en medio de la prosperidad, perdemos la vigilancia. La historia nos enseña que la segunda opción suele tener un costo mucho mayor.