Veo que todavía hay gente que sigue dándole vueltas a por qué la rentabilidad de los bonos del Estado se dispara mientras que el ratio de suscripción también sube bruscamente. En resumen, es porque no han entendido cómo funciona realmente la subasta.
Vamos a cambiar de perspectiva. Imagina que vas a una casa de subastas a ver un jarrón. El precio inicial es de 500.000, alguien ofrece 510.000, tú subes a 520.000... Así funciona el mercado secundario: puja pública, quien ofrece más se lo lleva.
Pero la subasta de bonos del Estado no funciona así. Es una puja a ciegas: cada institución escribe un número y lo mete en una caja, sin ver las ofertas de los demás. Supón que el mercado estima que ese jarrón vale 510.000, pero al abrir las ofertas ves que uno pone 500.000, otro 490.000 y otro directamente 480.000...
En teoría, deberías ir directo a por los 510.000 para llevártelo, ¿no? Pero aquí está el problema: ¿para qué compras el jarrón? Para revenderlo y ganar la diferencia. Si lo compras a 510.000 y lo vendes a 510.000, después de las comisiones pierdes dinero: solo un tonto lo haría.
Así que, aunque parece que hay muchas instituciones participando, en realidad todos están haciendo sus cálculos: "No tengo prisa, espero a ver si pillo una ganga". En este momento, la subasta no determina el precio de mercado, sino quién tiene más paciencia.
¿Entonces por qué hay tanta gente participando? Miremos el caso de los bonos japoneses: el precio cae, la rentabilidad sube, y las instituciones piensan: "¡Eh, esto es una oportunidad para ganar dinero!". Todos tienen la esperanza de acertar con la puja baja, total, por intentarlo no pierden nada. Cuanta más gente participe, más sube el ratio de suscripción.
Al final, no es que el mercado se haya vuelto loco, es una cuestión de estrategia y psicología.
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IfIWereOnChain
· hace12h
La clave es quién puede mantener la calma, esta batalla de estrategia revela la esencia de manera lo suficientemente profunda
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HashRateHustler
· 12-11 10:50
En definitiva, todas las instituciones están actuando, quien parpadee primero será el perdedor.
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BloodInStreets
· 12-11 05:41
En realidad, es un dilema del prisionero; todos quieren aprovechar la oportunidad y terminan cayendo juntos.
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MerkleMaid
· 12-09 15:02
La metáfora del jarrón es brillante, es como un montón de gente poniendo a prueba en secreto quién puede aguantar más... Una auténtica guerra psicológica.
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PumpDoctrine
· 12-09 15:01
Ja, por fin alguien ha explicado esto claramente. Ya decía yo por qué tantas instituciones están haciéndose las muertas.
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MEVictim
· 12-09 14:52
Ah, pues... Lo ha dejado clarísimo, básicamente todos están apostando a ver quién parpadea primero.
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SerumSquirter
· 12-09 14:37
Joder, esta lógica es brutal. La parte del jarrón la entendí al instante, resulta que todos estaban esperando una ganga.
Veo que todavía hay gente que sigue dándole vueltas a por qué la rentabilidad de los bonos del Estado se dispara mientras que el ratio de suscripción también sube bruscamente. En resumen, es porque no han entendido cómo funciona realmente la subasta.
Vamos a cambiar de perspectiva. Imagina que vas a una casa de subastas a ver un jarrón. El precio inicial es de 500.000, alguien ofrece 510.000, tú subes a 520.000... Así funciona el mercado secundario: puja pública, quien ofrece más se lo lleva.
Pero la subasta de bonos del Estado no funciona así. Es una puja a ciegas: cada institución escribe un número y lo mete en una caja, sin ver las ofertas de los demás. Supón que el mercado estima que ese jarrón vale 510.000, pero al abrir las ofertas ves que uno pone 500.000, otro 490.000 y otro directamente 480.000...
En teoría, deberías ir directo a por los 510.000 para llevártelo, ¿no? Pero aquí está el problema: ¿para qué compras el jarrón? Para revenderlo y ganar la diferencia. Si lo compras a 510.000 y lo vendes a 510.000, después de las comisiones pierdes dinero: solo un tonto lo haría.
Así que, aunque parece que hay muchas instituciones participando, en realidad todos están haciendo sus cálculos: "No tengo prisa, espero a ver si pillo una ganga". En este momento, la subasta no determina el precio de mercado, sino quién tiene más paciencia.
¿Entonces por qué hay tanta gente participando? Miremos el caso de los bonos japoneses: el precio cae, la rentabilidad sube, y las instituciones piensan: "¡Eh, esto es una oportunidad para ganar dinero!". Todos tienen la esperanza de acertar con la puja baja, total, por intentarlo no pierden nada. Cuanta más gente participe, más sube el ratio de suscripción.
Al final, no es que el mercado se haya vuelto loco, es una cuestión de estrategia y psicología.