A finales de año, el mercado de trading parece especialmente tranquilo. Bitcoin oscila entre 87k y 89k, con un volumen de operaciones tan escaso como las calles vacías después de las vacaciones; órdenes con algo de volumen pueden causar bastante volatilidad en el precio.

Hace unos días, durante las vacaciones, un par de trading poco popular en un exchange líder se desplomó repentinamente hasta 24k, lo que asustó a muchos. Sin embargo, al analizarlo detenidamente, se puede entender que no fue un riesgo sistémico, sino simplemente un susto causado por la escasez de traders durante las vacaciones y la falta de profundidad en el libro de órdenes. Los pares principales se mantuvieron estables por encima de 87k.

La situación real es la siguiente: a finales de año, las instituciones están reduciendo su exposición al riesgo, además de que recientemente expiraron opciones por valor de 23 mil millones de dólares, lo que llevó a un cierre masivo de posiciones apalancadas y a una caída en el interés abierto de decenas de miles de millones de dólares. Esto ha provocado que el precio quede atrapado en un rango estrecho, sin muchas ganas de romperlo.

Lo interesante es que, en realidad, el contexto de liquidez global se está relajando; el M2 ha alcanzado nuevos máximos, pero a corto plazo, los fondos prefieren fluir hacia activos tradicionales de refugio como el oro. Bitcoin, por ahora, se comporta como un activo de alto riesgo y alta volatilidad, siguiendo las fluctuaciones del panorama macroeconómico.

Esta escasez de liquidez no significa que vaya a venir un mercado bajista, sino que el mercado está digiriendo las ganancias de este año. Cuando los traders vuelvan a la actividad tras Año Nuevo y la liquidez se reactive, junto con los flujos de fondos hacia los ETF y las políticas en marcha, se podrá tener una idea más clara de la tendencia futura. La estrategia más sensata en este momento es mantenerse observando y no apresurarse a apostar en grande.