Probablemente hayas escuchado la palabra "ballena" en la comunidad de criptomonedas, pero en realidad no muchas personas la entienden completamente. En términos simples, una ballena es una persona o institución que ha acumulado una gran cantidad de activos criptográficos mediante inversiones tempranas, minería u otros métodos. Estas personas tienen una gran cantidad de criptomonedas disponibles para gastar, y una decisión de compra o venta puede provocar una fuerte volatilidad en el mercado.

Por eso, los traders están atentos a los movimientos de las ballenas. Cuando una ballena realiza una transferencia o transacción de gran volumen, puede significar que el mercado está a punto de cambiar. Este comportamiento se llama "seguir a la ballena" — analizar sus operaciones para obtener ideas de inversión.

Pero surge la pregunta: ¿cuánto se necesita poseer para considerarse una ballena? En realidad, no hay un estándar fijo. Este concepto es relativo. Lo importante no es la cantidad absoluta que posees, sino qué porcentaje representa en la oferta total de la criptomoneda y si puedes influir en el precio mediante tus transacciones.

Te pongo un ejemplo para que lo entiendas mejor. Supón que A posee 1 millón de dólares en una determinada criptomoneda, y el valor total de esa moneda es de 100 millones de dólares, entonces A sería una ballena. De la misma cantidad en dólares, B posee una criptomoneda cuyo valor total en circulación es de 30.000 millones de dólares, entonces B no sería considerado una ballena. Aunque ambos tengan la misma cantidad en dólares, la influencia de A en el mercado es mucho mayor, y es más fácil mover el mercado.

Gracias a la transparencia y apertura de la cadena de bloques, en realidad hay varias formas de identificar a las ballenas activas. Transacciones de gran volumen, movimientos de carteras, datos en la cadena — todos estos pueden ayudar a los traders a encontrar pistas.