La depreciación del dólar suele ser el preludio de una explosión en la tendencia alcista.

La lógica central es bastante simple: cuando el índice del dólar está bajo presión, significa que una gran cantidad de fondos están huyendo del mercado estadounidense. Durante un tiempo, el dinero caliente global ha estado entrando en Estados Unidos principalmente para aprovechar los altos intereses de la Reserva Federal. Por ello, el precio del dólar se ha mantenido en niveles altos, incluso con una emisión excesiva por parte de la Fed, oscilando alrededor de 7.3.

Pero esta situación está cambiando. La caída del U refleja un cambio en la liquidez — la atracción de los intereses en EE. UU. está decayendo, y el dinero caliente comienza a buscar nuevos destinos. La experiencia histórica nos indica que en este momento precisamente se abre una ventana de oportunidad en el mercado de criptomonedas.

BTC y ETH, como representantes de activos de riesgo, suelen beneficiarse primero en esta etapa. Cuando se confirme la expectativa de recortes en las tasas de la Reserva Federal, la liquidez se redistribuirá, y los activos criptográficos suelen ser los principales destinatarios de esa reconfiguración de fondos. Por lo tanto, en lugar de preocuparse por las fluctuaciones a corto plazo, es mejor prestar atención a estos cambios más profundos en la dirección del flujo de fondos.