Las acciones del sector de minería de metales preciosos están severamente subvaloradas. La clave está en el costo de energía: el precio del petróleo en relación con los precios del oro y la plata está en mínimos históricos. ¿Qué significa esto? Los mineros enfrentan una reducción significativa en los costos unitarios. Por un lado, los ingresos se disparan, y por otro, los costos continúan bajando; este doble efecto de compresión amplifica mucho las ganancias. El mercado parece no haber captado todavía esta lógica: cuando se invierte el ciclo de las materias primas, la mejora en los costos de energía suele ser un acelerador invisible de las ganancias de las empresas mineras. La estructura de precios actual es extremadamente favorable para los explotadores, pero las acciones aún no han digerido completamente esta buena noticia.