La adopción de criptomonedas realmente no fracasa por mercados riesgosos o barreras técnicas. ¿El verdadero culpable? Los usuarios agotados por repetir una y otra vez el mismo proceso de incorporación.

Aquí está el cambio que importa: cuando la identidad digital viaja con las personas en lugar de quedar atrapada en plataformas separadas, los usuarios realmente permanecen. Esa continuidad mantiene el impulso. Esa es la dirección hacia la que las soluciones de identidad emergentes están empujando—rompiendo esos puntos de fricción repetitivos que agotan incluso a los participantes comprometidos.