Las próximas cifras del PIB de la India mostrarán un panorama de enfriamiento de la economía, con pronósticos que apuntan a una tasa de crecimiento del 6.6% para el período de abril a junio, lo que representa una desaceleración notable respecto a la sólida expansión del 7.4% del trimestre anterior. Esta desaceleración refleja dinámicas económicas cambiantes que ahora están captando la atención de los responsables de la política en el Banco de la Reserva de la India.
La trayectoria de crecimiento subyacente se está sustentando principalmente en un gasto gubernamental renovado, que ha adquirido una importancia creciente a medida que el impulso del sector privado muestra signos de agotamiento. Sin embargo, se están acumulando vientos en contra económicos más amplios en el horizonte. El Banco de la Reserva de la India ya ha considerado un pronóstico de crecimiento del 6.5% para el año fiscal en curso en su planificación, pero esta proyección excluye de manera conspicua las posibles repercusiones de las políticas arancelarias propuestas en Estados Unidos—específicamente la amenaza de un gravamen del 50% sobre las importaciones indias, que podría reducir aún más las cifras de crecimiento si se implementa.
Este enfriamiento económico paradójicamente crea oportunidades de política. Con la inflación permaneciendo contenida, el banco central se encuentra en una posición favorable para estimular la demanda interna mediante una flexibilización monetaria. Los analistas del mercado en instituciones importantes ya anticipan que el Banco de la Reserva de la India llevará a cabo reducciones en las tasas de interés de 25 puntos básicos en dos ocasiones separadas—probablemente en octubre y nuevamente en diciembre—a medida que los funcionarios se orientan a apoyar el consumo y la inversión.
La confluencia de un crecimiento moderado, presiones de precios contenidas y la incertidumbre en el comercio exterior está redefiniendo el cálculo de la política monetaria de la India, posicionando al banco central para pivotar hacia una postura de acomodación en el último trimestre del año.
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El impulso económico de la India enfrenta vientos en contra: la previsión de crecimiento del 6.6% señala una oportunidad de recorte de tasas
Las próximas cifras del PIB de la India mostrarán un panorama de enfriamiento de la economía, con pronósticos que apuntan a una tasa de crecimiento del 6.6% para el período de abril a junio, lo que representa una desaceleración notable respecto a la sólida expansión del 7.4% del trimestre anterior. Esta desaceleración refleja dinámicas económicas cambiantes que ahora están captando la atención de los responsables de la política en el Banco de la Reserva de la India.
La trayectoria de crecimiento subyacente se está sustentando principalmente en un gasto gubernamental renovado, que ha adquirido una importancia creciente a medida que el impulso del sector privado muestra signos de agotamiento. Sin embargo, se están acumulando vientos en contra económicos más amplios en el horizonte. El Banco de la Reserva de la India ya ha considerado un pronóstico de crecimiento del 6.5% para el año fiscal en curso en su planificación, pero esta proyección excluye de manera conspicua las posibles repercusiones de las políticas arancelarias propuestas en Estados Unidos—específicamente la amenaza de un gravamen del 50% sobre las importaciones indias, que podría reducir aún más las cifras de crecimiento si se implementa.
Este enfriamiento económico paradójicamente crea oportunidades de política. Con la inflación permaneciendo contenida, el banco central se encuentra en una posición favorable para estimular la demanda interna mediante una flexibilización monetaria. Los analistas del mercado en instituciones importantes ya anticipan que el Banco de la Reserva de la India llevará a cabo reducciones en las tasas de interés de 25 puntos básicos en dos ocasiones separadas—probablemente en octubre y nuevamente en diciembre—a medida que los funcionarios se orientan a apoyar el consumo y la inversión.
La confluencia de un crecimiento moderado, presiones de precios contenidas y la incertidumbre en el comercio exterior está redefiniendo el cálculo de la política monetaria de la India, posicionando al banco central para pivotar hacia una postura de acomodación en el último trimestre del año.