El ecosistema de Solana ha estado muy activo últimamente. Por un lado, memes como GIGA Chad, cuyo valor de mercado superó los 800 millones de dólares, y muchos pequeños inversores han ganado mucho dinero con solo unos pocos miles de dólares de capital. Por otro lado, vemos el token LIBRA respaldado por el presidente de Argentina, que en unas horas cayó un 85%, y el equipo del proyecto se llevó directamente 90 millones de dólares y huyó. ¿Las subidas rápidas tras el lanzamiento de nuevas monedas son oportunidades o trampas?

Algunos lo ven como una oportunidad de riqueza para las personas comunes. La baja comisión y el alto rendimiento de la cadena Solana hacen que sea un terreno fértil para memes. En el primer trimestre de 2025, el volumen de transacciones de memes en la cadena alcanzó el 68%, una cifra que lo dice todo. Tokens como EGL1 pueden subir un 1800% gracias a la difusión viral y el consenso comunitario, permitiendo a pequeños inversores entrar con poca inversión y aprovechar la narrativa para obtener ganancias. Incluso Grayscale ha lanzado productos de fideicomiso relacionados, y muchos memes comienzan a vincularse con caridad, NFT y juegos, pareciendo avanzar hacia una mayor regulación.

Pero otra parte de la comunidad desmantela esta burbuja. En realidad, la mayoría de los memes no tienen valor real y su precio se sostiene solo por el sentimiento del mercado. Los proyectos pueden desaparecer de la noche a la mañana, y LABUBU es un ejemplo vivo: su valor de mercado cayó de 210 millones de dólares a menos de 40 millones, solo porque las direcciones iniciales vendieron en masa. La falta de auditoría en los contratos y la alta concentración de tokens en pocas manos son riesgos evidentes. La SEC de EE. UU. ya considera los memes como posibles trampas de inversión. Ahora, el ciclo de subida y caída se ha acortado a unas semanas, y los pequeños inversores que compran en la cima suelen ser los últimos en recoger las pérdidas.