Comprendiendo los estados sin impuestos sobre las ventas en Estados Unidos: Una guía completa sobre dónde puedes evitar la sorpresa en la caja

Para la mayoría de los estadounidenses, el precio en una estantería de la tienda es simplemente un punto de partida. Entre impuestos estatales y locales, tu factura final a menudo aumenta un 5-10% adicional cuando llegas a la caja. Pero un pequeño grupo de estados ha eliminado por completo este problema—sin impuestos sobre las ventas en absoluto. Exploremos dónde existen estas zonas de compras libres de impuestos y qué compensaciones conlleva vivir allí.

El mito del impuesto sobre las ventas: lo que los compradores no se dan cuenta

Muchas personas asumen que mudarse a un estado sin impuesto sobre las ventas significa una carga fiscal total menor. La realidad es mucho más matizada. Los estados que renuncian a los ingresos por ventas suelen compensar mediante métodos de tributación alternativos: impuestos sobre la renta más altos, impuestos sobre la propiedad elevados o gravámenes especializados sobre ciertos bienes. Entender este equilibrio es crucial antes de tomar decisiones financieras o residenciales.

Delaware: el estado amigable con los negocios sin impuestos sobre las ventas

¿Hay impuesto sobre las ventas en Delaware? No, y eso es solo el principio. Delaware destaca como uno de los estados más eficientes en términos fiscales tanto para empresas como para residentes. El estado no impone impuesto sobre las ventas y prohíbe que las jurisdicciones locales lo cobren tampoco. Los impuestos sobre la propiedad siguen siendo competitivos, entre los más bajos a nivel nacional.

Sin embargo, los residentes de Delaware no están completamente libres de impuestos. El estado recauda impuestos sobre los ingresos brutos de ciertas empresas y impuestos especiales sobre productos como gasolina y alcohol. Además, los residentes enfrentan tasas de impuesto sobre la renta relativamente altas, lo que compensa la ventaja del impuesto sobre las ventas.

Alaska: paraísos fiscales con compensaciones geográficas

Alaska ofrece quizás la ventaja fiscal más dramática: ni impuesto sobre las ventas estatal ni impuesto sobre la renta estatal. Vivir en la frontera del país trae beneficios económicos reales—al menos en papel.

¿La pega? Aunque ciudades importantes como Anchorage y Fairbanks no cobran impuestos sobre las ventas, las municipalidades más pequeñas hacen lo suyo. La Borough de Juneau, sede de la capital de Alaska, impone un impuesto sobre las ventas del 5%. Los impuestos sobre la propiedad son moderados, pero varían significativamente según la ubicación.

Montana: impuestos mínimos sobre las ventas, máximos sobre la renta

Los residentes de Montana disfrutan de la ausencia de impuestos sobre las ventas estatales y la mayoría de los locales—una ventaja significativa para las compras. Sin embargo, los visitantes deben esperar impuestos de resort aplicados a hoteles y comidas en restaurantes.

Para los residentes a tiempo completo, la compensación se hace evidente: Montana compensa con impuestos sobre la renta elevados y tasas de impuestos sobre la propiedad menos competitivas. Además, en ciertas circunstancias, pueden aplicarse impuestos de lujo estacionales.

New Hampshire: la filosofía fiscal “Vive libre o muere”

Fiel a su lema, New Hampshire elimina tanto los impuestos sobre las ventas estatales como los locales, además de prescindir del impuesto sobre la renta estatal. Esto crea un clima fiscal realmente atractivo para los residentes.

Aún así, el estado mantiene “impuestos de lujo”, especialmente en comidas y alimentos preparados. Los propietarios enfrentan la realidad de algunas de las facturas de impuestos sobre la propiedad más altas de Estados Unidos. Los ingresos por inversiones también llevan impuestos adicionales a nivel estatal en ciertas categorías.

Oregón: sin impuestos sobre las ventas a pesar de vivir junto a California

Situado justo encima de California—uno de los estados con los impuestos sobre las ventas más altos del país—Oregón ha optado por un camino diferente. Cero impuestos sobre las ventas tanto a nivel estatal como local.

Pero los ingresos de Oregón provienen de fuentes alternativas: impuestos especiales sobre tabaco y alcohol, además de impuestos sobre alimentos preparados en áreas específicas. El estado mantiene una de las tasas de impuesto sobre la renta más altas del país, aunque los impuestos sobre la propiedad siguen siendo moderados.

La realidad: la carga fiscal total importa

La lección fundamental: comparar estados basándose en una sola categoría de impuestos es engañoso. Un estado sin impuestos sobre las ventas a menudo compensa mediante impuestos sobre la renta, impuestos sobre la propiedad o impuestos especiales. Al evaluar dónde vivir o hacer negocios, revisa tu obligación fiscal total en todas las categorías—no solo una.

Los impuestos sobre las ventas, aunque frustrantes en el momento de pagar, financian servicios públicos esenciales como escuelas, bibliotecas e infraestructura. Los estados que los eliminan simplemente redirigen la recaudación a través de otros mecanismos. La planificación financiera estratégica requiere entender tu exposición fiscal total, no solo la ausencia de un tipo de impuesto en particular.

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