The Metals Company (NASDAQ: TMC) se encuentra en una encrucijada intrigante. Mientras espera la aprobación formal de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), un organismo regulador respaldado por la ONU que supervisa la minería en las profundidades marinas, la compañía está recibiendo apoyo inesperado desde Washington. En abril de 2025, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva diseñada para acelerar los permisos para operaciones de minería en el lecho marino. Este movimiento podría ser significativo: EE. UU. nunca ratificó el tratado que establece la ISA, lo que significa que las empresas estadounidenses pueden operar bajo marcos regulatorios nacionales.
TMC, aunque con sede en Canadá, opera una filial en EE. UU. que ha aprovechado esta ventaja. En agosto de 2025, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) confirmó que la solicitud de exploración de TMC USA cumple con todos los estándares de cumplimiento y avanzó la solicitud a una fase de certificación que se estima tomará aproximadamente 100 días. Este impulso regulatorio explica en parte por qué las acciones de la compañía de metales han subido casi un 500% durante 2025.
El Activo de Mil Millones de Toneladas
Entre Hawái y México se encuentra la Zona Clarion Clipperton, una vasta región submarina que contiene miles de millones de toneladas de nódulos polimetálicos—rocas del tamaño de una patata cargadas de metales críticos para baterías: níquel, cobre, cobalto y manganeso. Actualmente, ninguna compañía de minería en aguas profundas posee derechos comerciales de extracción sobre estos depósitos.
The Metals Company controla los derechos de exploración de una parte de esta zona. Según las estimaciones de la compañía, su sección podría contener activos valorados en aproximadamente $24 mil millones. Con una capitalización de mercado actual de aproximadamente $3 mil millones, esta brecha de valoración sugiere un potencial de aumento sustancial—suponiendo que la extracción sea viable.
La Realidad Financiera
Sin embargo, el optimismo debe ser moderado por las limitaciones financieras. Las acciones de la compañía de metales se negocian basándose en expectativas de producción futura, pero las operaciones mineras comerciales no comenzarán hasta finales de 2027 como muy pronto. Eso significa más de dos años sin generación de ingresos.
A junio de 2025, TMC reportó $116 millones en reservas de efectivo frente a $22 millones en pérdidas operativas. El gasto de efectivo trimestral promedia aproximadamente $10 millones. Construir infraestructura de minería en aguas profundas y sistemas hidrometalúrgicos requiere una inversión de capital enorme. La compañía casi con seguridad necesitará inyecciones de fondos significativas para sobrevivir a la fase de desarrollo.
La Incertidumbre Regulatoria Persiste
La ISA ha dedicado más de una década a desarrollar un “código minero” para gobernar las actividades internacionales en aguas profundas. Las preocupaciones ambientales han retrasado repetidamente su finalización. Hasta que este código entre en vigor, las operaciones futuras de TMC permanecen en incertidumbre regulatoria. Aunque la orden ejecutiva de Trump ofrece una posible vía basada en EE. UU., las operaciones internacionales podrían enfrentar años de retrasos adicionales dependiendo de las decisiones de la ISA.
La Química de las Baterías—El Riesgo Oculto
Los modelos de valoración para el contenido de nódulos se basan en suposiciones poco sólidas. Las formulaciones de baterías evolucionan. Si la química de los vehículos eléctricos se aleja de las químicas dependientes del cobalto, o si el cobre encuentra sustitutos viables, la tesis de los $24 mil millones de activos colapsa. Por otro lado, si la demanda de electricidad impulsada por IA crea escasez de metales, TMC podría dar un golpe de suerte.
Los nódulos no se negocian en bolsas. Su valor proviene completamente de proyecciones especulativas sobre la escasez futura de metales. Estas proyecciones pueden variar drásticamente según avances tecnológicos o cambios en la demanda.
Implicaciones de Inversión
Las acciones de The Metals Company representan una apuesta binaria: o se materializa la aprobación regulatoria, se inicia la producción según lo previsto y la compañía captura un valor enorme de un recurso escaso, o se acumulan retrasos, se agotan los fondos o la obsolescencia tecnológica socava toda la premisa. Los inversores con baja tolerancia al riesgo podrían preferir fondos cotizados en bolsa diversificados en metales, que distribuyen la exposición entre operaciones mineras establecidas en lugar de concentrarse en una sola aventura especulativa que apuesta por una tecnología de extracción no probada en aguas no exploradas.
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¿Acción de The Metals Company: Oportunidad de minería en aguas profundas o apuesta especulativa?
La Viento de Cola Regulatorio
The Metals Company (NASDAQ: TMC) se encuentra en una encrucijada intrigante. Mientras espera la aprobación formal de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), un organismo regulador respaldado por la ONU que supervisa la minería en las profundidades marinas, la compañía está recibiendo apoyo inesperado desde Washington. En abril de 2025, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva diseñada para acelerar los permisos para operaciones de minería en el lecho marino. Este movimiento podría ser significativo: EE. UU. nunca ratificó el tratado que establece la ISA, lo que significa que las empresas estadounidenses pueden operar bajo marcos regulatorios nacionales.
TMC, aunque con sede en Canadá, opera una filial en EE. UU. que ha aprovechado esta ventaja. En agosto de 2025, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) confirmó que la solicitud de exploración de TMC USA cumple con todos los estándares de cumplimiento y avanzó la solicitud a una fase de certificación que se estima tomará aproximadamente 100 días. Este impulso regulatorio explica en parte por qué las acciones de la compañía de metales han subido casi un 500% durante 2025.
El Activo de Mil Millones de Toneladas
Entre Hawái y México se encuentra la Zona Clarion Clipperton, una vasta región submarina que contiene miles de millones de toneladas de nódulos polimetálicos—rocas del tamaño de una patata cargadas de metales críticos para baterías: níquel, cobre, cobalto y manganeso. Actualmente, ninguna compañía de minería en aguas profundas posee derechos comerciales de extracción sobre estos depósitos.
The Metals Company controla los derechos de exploración de una parte de esta zona. Según las estimaciones de la compañía, su sección podría contener activos valorados en aproximadamente $24 mil millones. Con una capitalización de mercado actual de aproximadamente $3 mil millones, esta brecha de valoración sugiere un potencial de aumento sustancial—suponiendo que la extracción sea viable.
La Realidad Financiera
Sin embargo, el optimismo debe ser moderado por las limitaciones financieras. Las acciones de la compañía de metales se negocian basándose en expectativas de producción futura, pero las operaciones mineras comerciales no comenzarán hasta finales de 2027 como muy pronto. Eso significa más de dos años sin generación de ingresos.
A junio de 2025, TMC reportó $116 millones en reservas de efectivo frente a $22 millones en pérdidas operativas. El gasto de efectivo trimestral promedia aproximadamente $10 millones. Construir infraestructura de minería en aguas profundas y sistemas hidrometalúrgicos requiere una inversión de capital enorme. La compañía casi con seguridad necesitará inyecciones de fondos significativas para sobrevivir a la fase de desarrollo.
La Incertidumbre Regulatoria Persiste
La ISA ha dedicado más de una década a desarrollar un “código minero” para gobernar las actividades internacionales en aguas profundas. Las preocupaciones ambientales han retrasado repetidamente su finalización. Hasta que este código entre en vigor, las operaciones futuras de TMC permanecen en incertidumbre regulatoria. Aunque la orden ejecutiva de Trump ofrece una posible vía basada en EE. UU., las operaciones internacionales podrían enfrentar años de retrasos adicionales dependiendo de las decisiones de la ISA.
La Química de las Baterías—El Riesgo Oculto
Los modelos de valoración para el contenido de nódulos se basan en suposiciones poco sólidas. Las formulaciones de baterías evolucionan. Si la química de los vehículos eléctricos se aleja de las químicas dependientes del cobalto, o si el cobre encuentra sustitutos viables, la tesis de los $24 mil millones de activos colapsa. Por otro lado, si la demanda de electricidad impulsada por IA crea escasez de metales, TMC podría dar un golpe de suerte.
Los nódulos no se negocian en bolsas. Su valor proviene completamente de proyecciones especulativas sobre la escasez futura de metales. Estas proyecciones pueden variar drásticamente según avances tecnológicos o cambios en la demanda.
Implicaciones de Inversión
Las acciones de The Metals Company representan una apuesta binaria: o se materializa la aprobación regulatoria, se inicia la producción según lo previsto y la compañía captura un valor enorme de un recurso escaso, o se acumulan retrasos, se agotan los fondos o la obsolescencia tecnológica socava toda la premisa. Los inversores con baja tolerancia al riesgo podrían preferir fondos cotizados en bolsa diversificados en metales, que distribuyen la exposición entre operaciones mineras establecidas en lugar de concentrarse en una sola aventura especulativa que apuesta por una tecnología de extracción no probada en aguas no exploradas.