Empecé a involucrarme con los contratos a finales de septiembre. En ese momento, mi primo me sugirió que comenzara con la minería de tokens y luego decidiera si hacer operaciones reales. Honestamente, no seguí completamente su consejo—en ese entonces no entendía nada, y solo seguía la tendencia comprando sin pensar, lo que me hizo perder varios cientos de dólares. Esa época fue realmente difícil, cada día lidiando con operaciones, al borde de un colapso mental.

Con el tiempo, he ido aprendiendo algunos trucos y de vez en cuando puedo manejar una o dos operaciones decentes. Pero cada vez entiendo más una cosa: los contratos son realmente muy riesgosos. No solo hay que estar atento todo el tiempo, sino que la presión psicológica es enorme. En comparación, dedicar tiempo a minar airdrops resulta mucho más estable—sin la amenaza de liquidaciones por apalancamiento, y los beneficios son más estables. Ahora prefiero centrarme en la minería de airdrops, y de vez en cuando hacer alguna operación con contratos, pero sin volverme adicto como al principio.