¿En qué falló esta vez Tesla?

Tesla primero desplegó 60 Robotaxis en Austin, ¡en lugar de 500! ¿Por qué? ¿Acaso no saben que cuánt más compran, más bajos son los costos?

¡Para nada! La verdadera limitación en la escala de la conducción autónoma nunca ha sido solo la capacidad del hardware o la precisión de los sensores. El cuello de botella en la escala está en la confianza, no en la fabricación.

Cuando los vehículos comienzan a tomar decisiones autónomas en vías reales, el problema ya no es si pueden conducir, sino por qué el sistema tomó esa decisión en ese momento. ¿Se ha reemplazado el modelo? ¿Se ha ejecutado la percepción y la toma de decisiones según las reglas establecidas? Una vez que ocurre un incidente, ¿se puede responsabilizar, revisar y verificar?

Si estas preguntas no tienen respuestas claras, la regulación no permitirá el despliegue, los seguros no podrán fijar precios y el público no aceptará realmente una implementación a mayor escala. Por eso, la expansión de la conducción autónoma siempre es gradual. No porque la tecnología no sea lo suficientemente audaz, sino porque la infraestructura de confianza aún no está lo suficientemente madura.

Lo que realmente puede desbloquear la escala no es fabricar más coches, sino hacer que cada decisión sea verificable, auditable y constrictiva. En los sistemas autónomos, la verificación no es una condición adicional, sino un requisito previo para la expansión misma.

Fabricar resuelve si se puede construir,
verificar resuelve si se atreve a dejar que funcione más allá!