Tras la subida de tipos del Banco de Japón, el yen se deprecia. ¿Qué está esperando el mercado? y ¿a qué enfrenta el yen en una depreciación a largo plazo?
¿Seguirá depreciándose el yen en 2026? Esta pregunta se ha vuelto aún más incierta tras la decisión del Banco de Japón el 19 de diciembre.
El banco central sube los tipos como era de esperar, pero el yen cae
Ese día, el Banco de Japón elevó su tasa de interés de referencia al 0.75%, el nivel más alto desde 1995, con un aumento de 25 puntos básicos en una sola vez. Por lógica, un aumento de tipos debería respaldar la apreciación del yen, pero la reacción del mercado fue inesperada: el dólar frente al yen se fortaleció.
El analista de ANZ, Felix Ryan, explicó la lógica detrás de esto: el mercado no recibió una guía clara sobre la futura trayectoria de los aumentos de tipos del Banco de Japón. El gobernador del Banco de Japón, Ueda Haruhiko, evitó en la rueda de prensa dar una fecha concreta para el próximo aumento, limitándose a decir que es difícil fijar de antemano un nivel de tasa neutral (actualmente estimado entre 1.0% y 2.5%). Esta actitud ambigua fue interpretada como una señal dovish, lo que debilitó el interés de los inversores en comprar yenes.
¿Qué espera el mercado y qué no ha dado el banco central?
Según las expectativas implícitas en los swaps de tasas de interés a un día (OIS), el mercado cree que el Banco de Japón no elevará los tipos hasta al menos el tercer trimestre de 2026. Este calendario es aceptado por varias instituciones como la expectativa base.
Desde un punto de vista clave, Nomura Securities señala que solo cuando el banco central indique que un próximo aumento de tipos podría ocurrir antes de ese calendario (por ejemplo, antes de abril de 2026), el mercado lo considerará una señal hawkish, impulsando así al yen. Por el contrario, si no se aumenta significativamente la estimación de la tasa neutral, incluso si se produce un aumento, será difícil convencer al mercado de que la tasa terminal será más alta.
La presión a la depreciación del yen continúa y la estructura de diferencial de tasas sigue siendo un desafío
El estratega de DWS, Masahiko Loo, mantiene su visión: el objetivo a medio plazo para el dólar frente al yen está en el rango de 135-140, respaldado por factores como que la Reserva Federal aún está en un ciclo de relajación monetaria y que los inversores japoneses están aumentando su exposición a coberturas de divisas desde niveles históricamente bajos.
Por otro lado, ANZ es más pesimista y predice que a finales de 2026 el dólar frente al yen alcanzará los 153. La entidad considera que el yen seguirá siendo significativamente más débil que la cesta de monedas G10 durante el próximo año, debido a que la diferencia de tipos entre Japón y EE. UU. sigue ejerciendo una presión estructural sobre el yen. Aunque se espera que el Banco de Japón continúe subiendo tipos en 2026, el ritmo lento de estos aumentos no será suficiente para cambiar esta tendencia.
A corto plazo, la decepción del mercado por la falta de una guía clara del banco central podría aumentar la volatilidad del yen. Pero a largo plazo, para que el yen pueda salir de su situación de depreciación, además de que el banco central ofrezca una guía más hawkish, también será imprescindible que la política monetaria de la Reserva Federal cambie de rumbo.
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Tras la subida de tipos del Banco de Japón, el yen se deprecia. ¿Qué está esperando el mercado? y ¿a qué enfrenta el yen en una depreciación a largo plazo?
¿Seguirá depreciándose el yen en 2026? Esta pregunta se ha vuelto aún más incierta tras la decisión del Banco de Japón el 19 de diciembre.
El banco central sube los tipos como era de esperar, pero el yen cae
Ese día, el Banco de Japón elevó su tasa de interés de referencia al 0.75%, el nivel más alto desde 1995, con un aumento de 25 puntos básicos en una sola vez. Por lógica, un aumento de tipos debería respaldar la apreciación del yen, pero la reacción del mercado fue inesperada: el dólar frente al yen se fortaleció.
El analista de ANZ, Felix Ryan, explicó la lógica detrás de esto: el mercado no recibió una guía clara sobre la futura trayectoria de los aumentos de tipos del Banco de Japón. El gobernador del Banco de Japón, Ueda Haruhiko, evitó en la rueda de prensa dar una fecha concreta para el próximo aumento, limitándose a decir que es difícil fijar de antemano un nivel de tasa neutral (actualmente estimado entre 1.0% y 2.5%). Esta actitud ambigua fue interpretada como una señal dovish, lo que debilitó el interés de los inversores en comprar yenes.
¿Qué espera el mercado y qué no ha dado el banco central?
Según las expectativas implícitas en los swaps de tasas de interés a un día (OIS), el mercado cree que el Banco de Japón no elevará los tipos hasta al menos el tercer trimestre de 2026. Este calendario es aceptado por varias instituciones como la expectativa base.
Desde un punto de vista clave, Nomura Securities señala que solo cuando el banco central indique que un próximo aumento de tipos podría ocurrir antes de ese calendario (por ejemplo, antes de abril de 2026), el mercado lo considerará una señal hawkish, impulsando así al yen. Por el contrario, si no se aumenta significativamente la estimación de la tasa neutral, incluso si se produce un aumento, será difícil convencer al mercado de que la tasa terminal será más alta.
La presión a la depreciación del yen continúa y la estructura de diferencial de tasas sigue siendo un desafío
El estratega de DWS, Masahiko Loo, mantiene su visión: el objetivo a medio plazo para el dólar frente al yen está en el rango de 135-140, respaldado por factores como que la Reserva Federal aún está en un ciclo de relajación monetaria y que los inversores japoneses están aumentando su exposición a coberturas de divisas desde niveles históricamente bajos.
Por otro lado, ANZ es más pesimista y predice que a finales de 2026 el dólar frente al yen alcanzará los 153. La entidad considera que el yen seguirá siendo significativamente más débil que la cesta de monedas G10 durante el próximo año, debido a que la diferencia de tipos entre Japón y EE. UU. sigue ejerciendo una presión estructural sobre el yen. Aunque se espera que el Banco de Japón continúe subiendo tipos en 2026, el ritmo lento de estos aumentos no será suficiente para cambiar esta tendencia.
A corto plazo, la decepción del mercado por la falta de una guía clara del banco central podría aumentar la volatilidad del yen. Pero a largo plazo, para que el yen pueda salir de su situación de depreciación, además de que el banco central ofrezca una guía más hawkish, también será imprescindible que la política monetaria de la Reserva Federal cambie de rumbo.