Un día de liquidación cambió mi forma de comerciar para siempre

Si no hubiera sido por ese día de liquidación, quizás hasta ahora seguiría siendo solo un trabajador de fábrica, viviendo una vida segura pero llena de límites. El mercado de ese día, nunca lo olvidaré. Ese día, todo parecía estar de mi lado. Las tres órdenes consecutivas fueron acertadas. En un momento, la cuenta tenía casi un 20% de ganancia. La sensación de euforia empezaba a subir, la mente se calentaba, las manos ansiosas querían abrir más órdenes. Sé muy bien cuáles son mis principios de gestión de riesgos: Cada orden solo arriesga un máximo del 2% de la cuenta. Pero justo en ese momento, me convencí a mí mismo con un pensamiento extremadamente peligroso: “El mercado está demasiado suave, seguramente no cometeré errores.” Y entonces rompí mis propios principios. Entré con una posición mayor, aumenté el apalancamiento, todo o nada, confiando en que estaba “capturando la ola correcta”. Al principio, el precio seguía la dirección que había predicho. Empecé a soñar con duplicar la cuenta, incluso tomé capturas de pantalla, planeando subirlo a Instagram y presumir a mis amigos. Ya puedes imaginar el final. Un gran anuncio fue publicado de repente. El mercado cambió de dirección con fuerza. El stop loss fue mal colocado, hubo una severa deslizamiento en el precio. En solo unos minutos, mi cuenta pasó del +20% a quedar completamente destruida. Esa noche, me quedé solo frente a la pantalla del ordenador durante tres horas, sin decir una palabra. Lo que sentí en ese momento no fue exactamente arrepentimiento, sino un vacío profundo. He perdido dinero antes, pero nunca de manera tan definitiva. Esta vez, no solo perdí mi capital. Perdí mi confianza, mi calma, y lo más importante, mis principios de trading. Comencé a preguntarme: “¿Por qué, después de más de un año estudiando análisis técnico, sigo cometiendo un error tan básico?” Mucho tiempo después encontré la respuesta. Porque en realidad no aprendí a ser un trader. Solo estaba persiguiendo ganar dinero muy rápidamente. Los traders experimentados suelen decir: El trading es un proceso de entrenamiento de la personalidad. Antes, esa frase me parecía muy abstracta, incluso un poco rebuscada. Pero después de ese día de liquidación, realmente la entendí. El trading no es una competencia de quién tiene mejores habilidades técnicas, sino una competencia de quién mantiene la calma por más tiempo. Desde ese día, tomé algunas decisiones que son de supervivencia: Siempre escribir un plan de trading antes de entrar en una posición: claro, específico, sin ambigüedades, sin sobreoptimizar. Aceptar las pérdidas: el stop loss es el stop loss, no castigarse, no vengarse del mercado. Ver el trading como una profesión, no como un lugar para desahogar emociones o buscar sensaciones fuertes una y otra vez. Honestamente, hasta ahora todavía no me considero un “maestro”. Pero sé muy bien una cosa: 👉 Estoy en el camino correcto. Y si este artículo ayuda a alguien a detenerse antes de romper sus propios principios, entonces quizás esa liquidación mía de ese año no fue completamente en vano.