A las tres de la madrugada vi una noticia que me hizo sentarme de golpe en la cama: ¡una de las principales instituciones financieras de Wall Street acaba de anunciar oficialmente su apoyo a los principales criptoactivos como garantía para préstamos! La luz de la pantalla del móvil se reflejaba en mi cara mientras me quedaba mirando esa frase durante al menos dos minutos. Sinceramente, llevo casi diez años esperando este día.
¿Por qué tanta emoción? Porque en su momento pagué un precio muy alto por esto.
En 2017, de repente tuve un problema familiar y necesitaba dinero urgentemente. Tenía 3 BTC en la mano, cotizando a 20.000 dólares cada uno, pero ¿sabes qué? Por aquel entonces, si querías convertir tus monedas en efectivo para emergencias, no había más opción que venderlas directamente. Nada de préstamos con garantía, ni de poner a trabajar tus activos: ni pensarlo. ¿Bancos tradicionales? Ni siquiera reconocían qué era una criptomoneda. ¿Las llamadas "plataformas de préstamos cripto"? O eran talleres improvisados, o el riesgo de que desaparecieran era absurdo.
No tuve más remedio que venderlo todo, apretando los dientes. Conseguí 60.000 dólares y resolví el problema urgente. ¿Pero adivináis cuánto valen ahora esos 3 BTC? Al precio actual, fácilmente podría cambiarlo por un buen coche. Cada vez que repaso esa decisión, me dan ganas de darme una bofetada, pero no por vender, sino por vivir en una época en la que simplemente no había alternativas.
En resumen, el drama de los primeros usuarios era así de surrealista: tus activos se revalorizaban, pero cuando necesitabas dinero solo podías "vender a pérdida". Tenías en la mano fichas que podrían multiplicar su valor por diez en el futuro, pero la vida te obligaba a cambiarlas por el pan de cada día. Esa sensación desgarradora solo la entiende quien la ha vivido.
Por eso, al ver que los gigantes de las finanzas tradicionales daban su brazo a torcer, mi primera reacción no fue pensar en "buenas noticias" o "señales de bull market", sino sentir de verdad que —por fin— quienes como yo se vieron obligados a vender, tendrán la oportunidad de no repetir esa historia.
Esto va mucho más allá de "otra institución entrando al sector". Marca el inicio de la verdadera integración de los criptoactivos en el sistema financiero tradicional: tu BTC, tu ETH, ya no son solo números en un exchange, sino activos "duros" capaces de ayudarte en momentos críticos. Y lo más importante: da confianza a todos los holders —la próxima vez que tengan un problema de liquidez, no tendrán que volver a vender a disgusto.
En estos diez años, pasé de 5.000 yuanes de capital inicial a la posición que tengo ahora, cometiendo infinidad de errores y aprendiendo a base de tiempo y lecciones caras. Si tuviera que resumir la lección más profunda, sería esta: **nunca subestimes el valor a largo plazo de las mejoras en la infraestructura del sector.**
Antes, al no haber canales legales para préstamos con garantía, solo podía liquidar todo; ahora, con esta vía abierta, significa que en el futuro más personas podrán resolver problemas reales sin sacrificar sus posiciones. Eso sí es cambiar las reglas del juego.
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Ramen_Until_Rich
· 12-12 19:43
¡Joder, esa ola en 2017 realmente fue una pérdida total, y ahora solo hago esto... ¿por qué no lo hice antes?
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AirdropDreamBreaker
· 12-10 09:37
¡Vaya, diez años esperando una oportunidad! Por fin ya no tendré que ser forzado a vender mis activos.
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GweiTooHigh
· 12-10 00:51
Joder, ya era hora de que hicieran esto. Yo también fui de los que se vieron obligados a vender en 2017, y ahora al ver esta noticia de verdad que me afecta.
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WalletWhisperer
· 12-10 00:48
Joder, lo de 2017 fue realmente una historia de sangre y lágrimas. Ya decía yo lo desesperante que era no tener canales regulados en aquel entonces.
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ChainDetective
· 12-10 00:47
Joder, ¿este tío con esas tres monedas de 2017 ahora puede comprarse un coche? Estoy flipando, si lo llego a saber no habría hecho caso a mi familia.
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degenwhisperer
· 12-10 00:44
Joder, este era yo en 2017... Ahora lo miro y me arrepiento de la hostia.
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blockBoy
· 12-10 00:29
Joder, esas 3 monedas de 2017 ahora me alcanzarían para comprar un coche... Si hubiera sabido, no habría tenido tanta prisa por ese dinero.
A las tres de la madrugada vi una noticia que me hizo sentarme de golpe en la cama: ¡una de las principales instituciones financieras de Wall Street acaba de anunciar oficialmente su apoyo a los principales criptoactivos como garantía para préstamos! La luz de la pantalla del móvil se reflejaba en mi cara mientras me quedaba mirando esa frase durante al menos dos minutos. Sinceramente, llevo casi diez años esperando este día.
¿Por qué tanta emoción? Porque en su momento pagué un precio muy alto por esto.
En 2017, de repente tuve un problema familiar y necesitaba dinero urgentemente. Tenía 3 BTC en la mano, cotizando a 20.000 dólares cada uno, pero ¿sabes qué? Por aquel entonces, si querías convertir tus monedas en efectivo para emergencias, no había más opción que venderlas directamente. Nada de préstamos con garantía, ni de poner a trabajar tus activos: ni pensarlo. ¿Bancos tradicionales? Ni siquiera reconocían qué era una criptomoneda. ¿Las llamadas "plataformas de préstamos cripto"? O eran talleres improvisados, o el riesgo de que desaparecieran era absurdo.
No tuve más remedio que venderlo todo, apretando los dientes. Conseguí 60.000 dólares y resolví el problema urgente. ¿Pero adivináis cuánto valen ahora esos 3 BTC? Al precio actual, fácilmente podría cambiarlo por un buen coche. Cada vez que repaso esa decisión, me dan ganas de darme una bofetada, pero no por vender, sino por vivir en una época en la que simplemente no había alternativas.
En resumen, el drama de los primeros usuarios era así de surrealista: tus activos se revalorizaban, pero cuando necesitabas dinero solo podías "vender a pérdida". Tenías en la mano fichas que podrían multiplicar su valor por diez en el futuro, pero la vida te obligaba a cambiarlas por el pan de cada día. Esa sensación desgarradora solo la entiende quien la ha vivido.
Por eso, al ver que los gigantes de las finanzas tradicionales daban su brazo a torcer, mi primera reacción no fue pensar en "buenas noticias" o "señales de bull market", sino sentir de verdad que —por fin— quienes como yo se vieron obligados a vender, tendrán la oportunidad de no repetir esa historia.
Esto va mucho más allá de "otra institución entrando al sector". Marca el inicio de la verdadera integración de los criptoactivos en el sistema financiero tradicional: tu BTC, tu ETH, ya no son solo números en un exchange, sino activos "duros" capaces de ayudarte en momentos críticos. Y lo más importante: da confianza a todos los holders —la próxima vez que tengan un problema de liquidez, no tendrán que volver a vender a disgusto.
En estos diez años, pasé de 5.000 yuanes de capital inicial a la posición que tengo ahora, cometiendo infinidad de errores y aprendiendo a base de tiempo y lecciones caras. Si tuviera que resumir la lección más profunda, sería esta: **nunca subestimes el valor a largo plazo de las mejoras en la infraestructura del sector.**
Antes, al no haber canales legales para préstamos con garantía, solo podía liquidar todo; ahora, con esta vía abierta, significa que en el futuro más personas podrán resolver problemas reales sin sacrificar sus posiciones. Eso sí es cambiar las reglas del juego.