Lo más duro en un mercado alcista no es perder oportunidades, sino vender tus monedas demasiado pronto y ver cómo luego se disparan, apareciendo cada día en los rankings y recordándotelo constantemente. Esa sensación, quien la ha vivido lo sabe.

Llevo 8 años en el mundo cripto y siempre tengo dos cosas en mi mesa: el panel de trading y una nota amarillenta con cuatro palabras: "Si te asustas, pierdes". Debajo de la nota hay una captura de una operación antigua: vendí a $0,15 una moneda principal y luego subió a $3. Imprimí esa vela casi vertical y la clavé junto a la pantalla, para recordarme cada día que no debo volver a cometer la misma tontería.

En un mercado alcista, los minoristas son como semillas llevadas por el viento: ante la mínima volatilidad, entran en pánico y van de un lado a otro. Yo era igual: en cuanto un token de plataforma duplicó su precio, vendí todo por miedo y luego subió cinco veces más; me armé de valor para entrar a un token de moda, pero ante la primera vela roja vendí para "salir sin pérdidas", y luego encadenó siete velas verdes seguidas.

Tras pagar la novatada muchas veces, revisé todo mi historial de operaciones y elaboré varios métodos de "operativa contraria a la naturaleza humana". En la volatilidad del año pasado, mi curva de valor neto pasó de parecer un "electrocardiograma" a subir de forma estable. Hoy quiero compartir esa experiencia.

**Primera regla: espera la señal, no persigas a lo loco**

Ahora tengo una regla inquebrantable: por mucho que el mercado esté en auge, si el precio no supera y se mantiene sobre la media móvil de 120 días, solo observo. Incluso cambié el sonido de alerta de mi app de mercados por un "espera un poco más"; cada vez que me pica el dedo para entrar, esa voz me aconseja como un amigo: "Tranquilo, no te precipites".

Esta táctica puede parecer simple, pero funciona. Cuando ETH subió de $2.000 a $2.800, en mi grupo muchos entraron comprando en máximos, pero yo esperé a que corrigiera y se asentara sobre la media móvil antes de entrar poco a poco. Gané menos, pero al menos no me pilló la corrección posterior. Las medias móviles no son infalibles, pero te ayudan a filtrar el 90% de las decisiones emocionales.