En cuanto el mercado se tiñe de rojo, el pánico se extiende por todas partes.

Tesis bajistas, alertas de desplome, señales de cruce de la muerte, pánico por aumento de volumen... Todo tipo de sentimientos pesimistas se propagan como un virus. La desesperación al otro lado de la pantalla casi se puede palpar.

Siendo sinceros, esta ronda de mercado está siendo realmente tortuosa.

¿Por qué?
Porque esta vez los que mueven el mercado no son aficionados, sino instituciones de Wall Street con siglos de experiencia en el juego. Su comprensión del análisis técnico, las debilidades humanas, el control de la liquidez y la manipulación emocional ha llegado a un nivel abrumador.

El pez grande se come al pequeño. El pez pequeño se come al camarón.

Todo tipo de artimañas se suceden: falsas rupturas técnicas, rupturas alcistas engañosas seguidas de caídas, caídas violentas para limpiar posiciones... Si no tienes tu propio sistema y disciplina de trading, probablemente ya estarías dudando hasta de tu existencia.

Entre los amigos que operan conmigo, no ha sido uno solo el que se ha llevado 140.000 USDT de beneficio en una sola operación. Pero cuanto más sucede esto, más claro tengo una cosa:

Sin ruptura no hay nacimiento.

Solo cuando la gran mayoría es llevada al borde de la duda, a la desesperación total, a no atreverse a volver a entrar, es cuando el mercado realmente da la vuelta. Esa ola de subida que sorprende a todos suele estar oculta justo después del momento más desesperante.

¿La tendencia actual? En esencia, sigue siendo una fase de limpieza.

El objetivo es claro: deshacerse de las manos débiles y expulsar a los indecisos.

Cuando los tokens estén suficientemente concentrados, el sentimiento del mercado sea frío y el pánico haya alcanzado el extremo, entonces es cuando el mercado despegará de verdad.

Cada caída de ahora es para acumular fuerza para el próximo gran ciclo.

La paciencia suele ser más importante que la técnica.