Llevo años moviéndome por el mundillo cripto y he visto todo tipo de estrategias de marketing y promesas vacías. Pero lo que ha hecho últimamente el fundador de cierto exchange sí que me ha sorprendido: tras retirarse a un segundo plano, ha generado aún más revuelo.

Primero, vamos con la primera cuestión.

Ahora está prácticamente volcado a tiempo completo en el desarrollo técnico de una blockchain. No es el típico asesor que solo pone el nombre para figurar, sino que realmente lidera al equipo para superar retos tecnológicos. ¿Cuello de botella en rendimiento, que antes era criticado? Ahora está siendo una prioridad. ¿Fondos para apoyar el ecosistema? Han puesto sobre la mesa capital real a nivel de cientos de millones. ¿Proyectos que quieren incorporarse a la cadena? El proceso de revisión evidentemente se ha acelerado.

¿Qué significa esto? Que todo el ecosistema está entrando en una fase de expansión acelerada. Los protocolos DeFi van a tener una nueva oleada de crecimiento, las limitaciones de tráfico en el sector de los Meme coins se están relajando y los proyectos GameFi vuelven a estar activos. Y lo importante no es el volumen de dinero: en el cripto, dinero nunca ha faltado, lo que falta es certeza en la dirección. Cuando una figura de peso se involucra personalmente, ese en sí mismo es el mayor de los indicios.

El segundo movimiento es aún más interesante.

Está manteniendo contactos frecuentes con organismos reguladores en varias regiones del mundo para impulsar la implementación de un marco regulatorio. Si la actualización tecnológica es como “entrenar la base”, avanzar en la regulación es “derribar muros”, permitiendo que más capital tradicional entre de forma legal. Puede que esto no suene tan atractivo, pero su impacto puede ser incluso mayor que cualquier mejora técnica.

Piénsalo: cuando el canal regulatorio se abra de verdad, ¿qué harán esos fondos institucionales que llevan tiempo esperando? Ellos lo que buscan son reglas claras, infraestructuras fiables y, por supuesto, un ecosistema ya probado.

Si juntas ambas cosas, todo cobra aún más sentido: por un lado, se refuerza la base tecnológica y el crecimiento del ecosistema, y por otro, se facilitan las entradas de capital. Con este combo, en los próximos seis a doce meses el potencial de estos sectores volverá a ampliarse.

Por supuesto, el mercado siempre es incierto. Pero al menos ahora, las cartas ya están sobre la mesa.