Anoche la Reserva Federal lanzó una bomba: anunció oficialmente el fin del endurecimiento cuantitativo (QT). La frase de Powell, "el dinero que deba quedarse, se quedará", encendió el mercado al instante; Bitcoin se disparó como un resorte, con una subida del 7% que lo llevó a correr desde los 92.000 dólares. ¿Y aquellos bajistas que el día anterior gritaban "seguirá cayendo"? Ahora probablemente hasta han roto el teclado de la rabia.

Primero, ¿qué significa realmente este giro de política? El QT, en esencia, es la "máquina de extracción de liquidez" de la Fed: cada mes retiraba 95.000 millones de dólares del mercado, extrayendo a pulso 2,42 billones en poco más de dos años. Pero ahora la Fed ha cambiado de idea: a partir del 1 de diciembre de 2025, el dinero de los bonos que vencen ya no se retirará, sino que se utilizará íntegramente para comprar letras del Tesoro a corto plazo.

Esta jugada es letal. Es como apagar la bomba de extracción y, de paso, abrir un pequeño grifo. La razón es sencilla: las reservas bancarias están al límite, los tipos del mercado monetario han empezado a dispararse y, si no pisan el freno, todo el sistema financiero podría quedarse sin liquidez. Aunque Powell también lo dejó claro: esto es solo para "detener la hemorragia", no es la antigua expansión cuantitativa (QE), así que no esperéis un tsunami de liquidez inmediato.

La reacción de Bitcoin fue la más directa. Tras el anuncio, un subidón del 8% llevó el precio de nuevo a los 93.000 dólares; ETH fue aún más agresivo, con un 10% de subida que da envidia. Pero ¿cuál es la esencia de este rally? Una estampida de bajistas. En 24 horas, las liquidaciones en todo el mercado superaron los 1.000 millones de dólares; un 89% fueron posiciones largas que saltaron por los aires, y los bajistas ni siquiera han tenido tiempo de reaccionar.

¿Por qué el mercado ha respondido con tanta fuerza? Porque las expectativas de liquidez han cambiado por completo.