La escena de anoche, aún ahora al recordarla, me parece un sueño.

Después de tanto tiempo en el mercado cripto, ¿qué tipo de movimiento no he visto ya? Pero en ese instante, de verdad me quedé en blanco unos segundos.

Tengo que empezar por el fin de semana pasado. Estaba vigilando el mercado a altas horas de la noche, cuando un amigo que me sigue desde hace tiempo me escribió de repente: estaba al borde del colapso mental, últimamente perdía en todas sus operaciones, y me pidió que le ayudara a revisar sus movimientos. No me anduve con rodeos y le pedí directamente que me mandara una captura de sus posiciones.

Con solo verla, lo entendí: la dirección general estaba bien, el problema era el timing, iba completamente a contracorriente.

Le dije: "No hagas nada todavía, espera a que vea bien la estructura."

A la mañana siguiente, apareció en el gráfico una figura que me resultaba muy familiar: el volumen iba aumentando poco a poco, claramente había dinero preparando algo. No le dije que metiera todo, solo le aconsejé: "Entra con poco, prueba una posición, no te emociones demasiado."

Él seguía dudando: "¿De verdad ahora se puede entrar?"

Le respondí: "No preguntes tanto, súbete ya y luego vemos."

El resultado os lo podéis imaginar: ¡el mercado pegó una bajada brutal al instante!

Le dije que tomara ganancias en la mitad de la posición en un soporte clave, y en cuanto le llegó el dinero, me mandó un audio alucinando: "¡Tío, esto es de locos!"

Solo le contesté: "Tranquilo, lo bueno acaba de empezar."

El tercer día la tendencia fue aún más bestia de lo que esperaba. Cuando el sentimiento empezó a calentar, le avisé para que aumentara algo la posición. Esa subida fue tan fluida que parecía hecha a medida para nosotros.

Cuando terminó toda la ola, le dije que cerrara completamente. Al hacer cuentas: ¡de poco más de 400 U a más de 6000 U!

Estaba tan emocionado que me mandó siete u ocho audios seguidos, ni siquiera me dio tiempo a escucharlos todos.

Solo le respondí: "Si sigues este ritmo, tu cuenta irá bien."

En estos años he visto de todo: gente impaciente que se lanza a lo loco, otros que aguantan hasta reventar la cuenta. Pero los que realmente sobreviven y ganan en el mercado son siempre los que saben mantener la calma y seguir el ritmo adecuado.

Las oportunidades siempre están ahí; si no las ves, no es porque no existan, sino porque aún no has aprendido a observar.

Últimamente el mercado huele cada vez más interesante. No diré mucho más, pero puedo sentirlo:

La próxima gran oportunidad para ganar está cerca.