La evolución del panorama global de la IA en estos seis meses ha sido bastante interesante. En el ranking de los diez principales modelos del mundo a mediados del año pasado, Oriente y Occidente se repartían el protagonismo: 4 procedentes del ecosistema de Silicon Valley y 6 de empresas tecnológicas asiáticas.

Hace poco, un alto cargo del sector comentaba en una charla con su equipo técnico que el exceso de capacidad de cómputo podría llegar antes de lo que imaginamos. En Occidente, están más centrados en perfeccionar los marcos generales y fundamentales, mientras que las empresas asiáticas priorizan la aplicación práctica en escenarios concretos. En resumen, unos se dedican a construir el "cerebro" y otros las "manos y pies".

Sin embargo, la situación se ha vuelto algo más sutil. Si miramos los datos de usuarios de los últimos meses, la tasa de penetración de mercado de los desarrolladores asiáticos entre las empresas que adoptan herramientas de IA es incluso mayor. La brecha a nivel de algoritmos se está estrechando, ya iban por delante en la aplicación y el cuello de botella de la capacidad de cómputo tampoco resulta tan restrictivo como se pensaba.

Visto así, el desarrollo de la segunda mitad de esta partida de la IA podría no ir en la dirección que muchos esperaban. Al final, las diferencias de enfoque tecnológico dependerán de quién consiga llevar las cosas a la práctica de verdad.