El año pasado por estas fechas, me quedé mirando los números de la cuenta en estado de shock: 500.000, así, de repente, desaparecidos.

La sensación era como estar en una montaña rusa que, al llegar a lo más alto, de pronto descarrila. Rompí tres móviles, borré todas las apps de trading y me encerré en el piso de alquiler durante dos meses sin ver a nadie. Cuando los amigos preguntaban, decía que “me había salido del mundillo”, pero por dentro no lograba tragarme ese sentimiento. Dando vueltas en la cama, sin poder dormir, me preguntaba: ¿en qué he fallado realmente?

Este año, al comenzar la primavera, el saldo de la cuenta era de 3400U. Sinceramente, esa cantidad no hace ni ruido. Pero me impuse una regla a rajatabla: jugármela una última vez; o acepto la derrota total, o tiro hacia delante sin mirar atrás.

¿El resultado? Primero llegué a 120.000, luego seguí subiendo, no solo cubrí el agujero del año pasado, sino que además saqué más de 20.000 limpios.

No creas que tuve suerte o que, de repente, me volví un genio del análisis técnico: simplemente, después de que el mercado me diera una paliza, por fin entendí unas cuantas verdades fundamentales.

**Primera: no pongas todos los huevos en la misma cesta, aunque la cesta parezca muy segura**

Antes, de cada diez veces que perdía, nueve era por ir all-in. Ahora me marco una línea roja: en cada operación meto como máximo el 40% del capital, y si la pérdida flotante supera el 15%, corto de inmediato. ¿Suena cobarde? Pero mientras no te liquiden, siempre tienes una oportunidad de remontar. Los que lo pierden todo de una vez, ni siquiera pueden arrepentirse.

**Segunda: no intentes adivinar el suelo ni el techo, sigue el ritmo del mercado**

Antes siempre pensaba que podía comprar en el mínimo y vender en el máximo, ahora me parece ridículo. Cuando la tendencia llega, súbete: si sube, compra; si baja, vende. He ganado miles de U en diez minutos de esta forma muchas veces. El mercado no va a esperar a que “te dé buena espina” para moverse, ir a favor de la tendencia es cien veces más efectivo que intentar predecir.

**Tercera: cuando ganes, saca el dinero, no lo vuelvas a meter todo**

Esta la aprendí a base de sangre, sudor y lágrimas. Ahora solo reinvierto el 30% de las ganancias, el resto lo retiro al instante. Muchos caen por querer “apostar una más”: mientras el dinero siga en la cuenta, no es tuyo; solo lo es cuando está en tu bolsillo.

No soy ningún experto, ni un elegido, solo soy una persona corriente a la que el mercado ha machacado y que ha conseguido levantarse.

Estos días el mercado vuelve a moverse. Sinceramente, muchos de los que luchan en el sector de las criptomonedas no carecen de indicadores técnicos ni de información privilegiada, sino de una disciplina firme y una mentalidad clara que evite tomar atajos.

Con poco capital también se puede remontar, pero solo si sobrevives. Recuerda: el mercado premia a los pacientes, pero nunca perdona a los jugadores codiciosos.