Voy a contar una historia real. En su día compré ADA a 0,03 dólares, y tres meses después vi cómo se disparaba hasta 1,20 dólares, multiplicando mi saldo por 40.

Por aquel entonces, lo primero que hacía al despertarme cada día era comprobar el saldo de mi cuenta, pensando si debería comprarme un Porsche. Pero no vendí, siempre creyendo que aún podía subir otra vez.

¿Y luego qué? Vi cómo caía hasta 0,20 dólares ante mis ojos: el 80% de los beneficios flotantes se esfumó, y el Porsche se quedó en un sueño imposible.

Esa lección me hizo entenderlo de verdad: en el mercado cripto, saber comprar es solo el principio; lo que de verdad importa es saber vender. A continuación, comparto algunos consejos que aprendí con dinero real, especialmente útiles para quienes no quieren estar pendientes del mercado todo el día.

**Sobre tomar ganancias**, ahora uso la “reducción escalonada”. Por ejemplo, si una moneda sube de 1 a 2 dólares, vendo primero el 30% para asegurar el capital; si sube a 3 dólares, vendo otro 30%; el 40% restante lo dejo con un stop dinámico: si cae un 15% desde el máximo, lo vendo todo. Así aseguro beneficios sin perderme la subida principal.

**Sobre limitar pérdidas**, tengo una regla de hierro: no permito que ninguna operación pierda más del 5% del capital. Si invierto 10.000 dólares y pierdo 500, cierro la posición sin dudarlo, sin esperar milagros.

En la práctica, me gusta usar “órdenes condicionadas”: establezco de antemano el precio de ejecución, y se realiza automáticamente cuando se alcanza. Lo mejor de esto es que evita los sesgos humanos: no pospones la venta por apego ni te dejas influenciar por la volatilidad a corto plazo.

El mercado siempre ofrece oportunidades, pero si pierdes tu capital, se acabó de verdad. Proteger el capital es más importante que intentar aprovechar todas las subidas.