Recientemente ha habido una reacción en cadena bastante interesante. Vanguard acaba de anunciar la apertura de operaciones con ETF de BTC, y ese mismo día por la noche Bank of America siguió el paso: aprobó directamente que los asesores financieros puedan sugerir a sus clientes asignar entre un 1% y un 4% de sus activos a Bitcoin y otras criptomonedas.

La señal detrás de esto es bastante clara. Instituciones grandes como Wells Fargo y UBS probablemente también estén observando y es de esperar que pronto se sumen. El espacio de posibilidades es aún mayor si pensamos en gigantes tecnológicos como Microsoft o Amazon, que manejan enormes flujos de caja; no sería extraño que en algún momento decidan asignar parte de sus fondos al mercado cripto. Hay que recordar que esto sería capital fresco, dinero real entrando, el combustible perfecto para una ola alcista principal.

Por otro lado, la Reserva Federal también ha tomado medidas. La política de endurecimiento cuantitativo ha terminado oficialmente, y hace unos días, a través de repos overnight, inyectaron de golpe 13.500 millones de dólares en el sistema bancario, la segunda mayor cantidad desde la pandemia. Si hacemos las cuentas, desde que empezó la QT a mediados de 2022 se retiraron unos 2,4 billones de dólares, y ahora el dinero comienza a volver. Además, con el plan de "dividendos arancelarios" que Trump ha mencionado repetidamente—una medida similar a los cheques directos de la pandemia—, la liquidez del mercado seguramente se reactivará.

Por eso, cada retroceso es en realidad una ventana de oportunidad, especialmente tras la reciente corrección que se produjo después de que el gráfico de 30 minutos mostrara una divergencia bajista; se puede considerar una entrada escalonada. Personalmente, planeo empezar a abrir posiciones largas cerca de 90.300, con un objetivo inicial en 98.000. Por supuesto, esta es solo mi opinión personal; cada uno debería actuar en función de su propia tolerancia al riesgo.