Todo el mundo cree que ganar en el trading significa dominar los patrones de gráficos, predecir los movimientos de la Fed o clavar cada tendencia macro. Error.

Puedes estudiar la acción del precio hasta que te sangren los ojos. Memorizar cada formación de velas. Seguir los flujos institucionales como un halcón. Y aun así reventar tu cuenta.

¿El verdadero juego? Se libra dentro de tu cabeza.

La avaricia susurra «añade más apalancamiento» cuando vas ganando. El miedo grita «sal ahora» en el peor momento posible. El ego te convence de que esa racha de pérdidas fue solo mala suerte.

La mayoría de los traders pierde dinero no porque su estrategia sea una basura; pierden porque no saben convivir con la incomodidad. No soportan estar equivocados. No pueden resistir el subidón de dopamina de sobreoperar.

Domina tu psicología y los mercados se vuelven manejables. Ignórala y ni el mejor sistema te salvará.