Hay algo bellamente irónico en coleccionar piezas donde la etiqueta "mierda de perro de IA" funciona en varios niveles, tanto literal como figurativamente. Cuando la descripción de tu arte sirve tanto como precisión técnica como crítica brutalmente honesta, has encontrado algo especial.

Ese es exactamente el tipo de meta-utilidad que estoy buscando últimamente. Olvídate de las promesas genéricas de "impulsado por la comunidad". Dame coleccionables que asuman su propia absurdidad, donde la broma forme parte de la propuesta de valor. Si voy a gastar ETH en activos digitales, más vale que vengan con ese tipo de autoconciencia incorporada.