El gigante de los pagos detrás de XRP, Ripple, ha completado recientemente una operación de venta de acciones que ha generado un gran debate en el mercado. Según fuentes cercanas, esta ronda de venta de participaciones por 500 millones de dólares esconde un detalle clave: el acuerdo de la transacción incluye una inusual cláusula de protección para los inversores, que garantiza directamente la rentabilidad para los compradores.

¿Qué significa esto? En pocas palabras, las instituciones que participan en esta ronda de financiación no tienen que asumir todos los riesgos del mercado como los accionistas ordinarios. Este tipo de estructura ya es poco común en el ámbito del capital riesgo tradicional, y en el sector cripto es aún más raro. Algunos analistas consideran que esto podría reflejar la postura delicada de Ripple respecto a su valoración antes de la salida a bolsa, o bien un intento de atraer capital conservador en un entorno regulatorio incierto.

¿Está Ripple allanando el camino para salir a bolsa o tiene otros planes? El mercado sigue expectante. Pero lo que está claro es que, cuando las cláusulas de protección tradicionales de las finanzas se encuentran con una empresa nativa del mundo cripto, las reglas del juego están cambiando.