Hace 8 años, trabajaba en el turno de noche en una fábrica de electrónica en el Polígono Industrial de Bac Ninh, vivía en una habitación compartida con 8 personas y tenía que pensármelo dos veces antes de añadir un huevo al menú de arroz de 20.000đ.
Mi sueldo mensual era de 6 millones, y solo podía ahorrar algo haciendo todo tipo de horas extras. Tuve que juntar durante tres años para reunir 150 millones: un capital pequeño, pero era todo mi sudor y el tiempo de mi juventud.
Nadie imaginaba que tres años después, yo podría tener las llaves de dos pisos y una cuenta de inversión que no paraba de crecer. Pero que nadie piense que fue un milagro: llegué hasta aquí tras tres caídas dolorosísimas, y aún hoy se me pone la piel de gallina al recordarlas.
Primera caída: El miedo me hizo vender en el fondo
La primera vez que entré al mercado, compré una moneda y al poco tiempo subió un 20%. Me emocioné durante unas horas, pero luego el precio empezó a caer.
El miedo a perder el capital me hizo vender de inmediato. Para mi sorpresa, dos días después subió otro 50%.
Me quedé mirando la gráfica con las manos paralizadas, como si me hubiera dado una bofetada a mí mismo.
Después de eso, entendí una verdad: Un alza rápida seguida de una pequeña corrección no es una señal de riesgo. Es la forma en la que las “ballenas” sacuden a los manos débiles.
Si no tienes una mentalidad fuerte, siempre venderás en el peor momento.
Segunda caída: Creer que la tendencia hot es oro, pero en realidad es un cuchillo
Después empecé a seguir las monedas de moda. Una vez, una moneda estaba en una zona de precios altos pero llevaba tiempo lateral. Yo estaba confiado porque “aún quedaba fuerza”.
Error fatal.
El volumen de negociación bajó varios días seguidos, pero yo lo ignoré. Una semana después, el precio se partió por la mitad, literalmente: 30 millones míos se esfumaron como si nunca hubieran existido.
Entonces lo entendí:
Precio alto sin liquidez = ahogarse. Un volumen bajo, como un lago en calma, significa que el dinero inteligente se fue hace tiempo.
Desde entonces, me puse una regla: En zonas altas, hay que mirar el volumen. Si no hay flujo de dinero, salgo inmediatamente.
Tercera caída: Confundir un rebote técnico con un verdadero fondo
Esta fue la más dolorosa.
Una moneda bajó un 25%, luego rebotó un 10%. Creí que había formado fondo y entré con todo.
Pero no… solo era un rebote “trampa”.
El precio siguió cayendo sin freno y me quedé atrapado durante 6 meses.
Hasta que aprendí: – El verdadero fondo no aparece tras un rebote inmediato.
Aparece cuando:
✔ El volumen cae fuerte (se estrecha)
✔ El precio se mueve lateralmente de forma ajustada
✔ 3 días seguidos con velas verdes y aumento de volumen
El año pasado, Bitcoin mostró exactamente este patrón. Entré en la operación.
Medio año después, mi cuenta se triplicó, y entonces entendí el significado de la palabra “disciplina”.
Lo que me ha llevado lejos: No es la inteligencia, sino saber “no ser terco”
Ahora solo creo en dos cosas:
Creer en el volumen, no en los rumores
El precio puede ser manipulado, inflado o hundido.
Pero el flujo de dinero no se puede ocultar.
No ser codicioso, no tener miedo, no ir all in
Siempre guardo al menos el 30% del capital para oportunidades inesperadas.
No hago FOMO ni intento cazar fondos sin suficientes señales.
Mensaje para los que acaban de entrar al mercado
Si estás:
Operando con las manos temblorosasViendo rojo y te asustasViendo verde y te pica entrarSientes que siempre compras en el techo y vendes en el suelo
Recuerda estas 3 lecciones que aprendí con mi sudor:
– Mantén la mente firme
– Observa el volumen antes de mirar el precio
– No seas codicioso, no tengas miedo, no vayas con todo
Ve despacio pero seguro y ganarás a largo plazo. Si vas rápido y sin disciplina, tarde o temprano el mercado te dará una lección para toda la vida.
Si te sientes atascado en el trading, necesitas más conocimientos básicos, una estrategia sólida o quieres estar informado antes que los demás…
👉 Sígueme @blogtienso – comparto experiencia real, sin adornos, sin endiosar.
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De obrero electrónico a veterano de las criptomonedas: el viaje de cambiar de vida tras 3 caídas dolorosas
Hace 8 años, trabajaba en el turno de noche en una fábrica de electrónica en el Polígono Industrial de Bac Ninh, vivía en una habitación compartida con 8 personas y tenía que pensármelo dos veces antes de añadir un huevo al menú de arroz de 20.000đ.
Mi sueldo mensual era de 6 millones, y solo podía ahorrar algo haciendo todo tipo de horas extras. Tuve que juntar durante tres años para reunir 150 millones: un capital pequeño, pero era todo mi sudor y el tiempo de mi juventud.
Nadie imaginaba que tres años después, yo podría tener las llaves de dos pisos y una cuenta de inversión que no paraba de crecer. Pero que nadie piense que fue un milagro: llegué hasta aquí tras tres caídas dolorosísimas, y aún hoy se me pone la piel de gallina al recordarlas.
La primera vez que entré al mercado, compré una moneda y al poco tiempo subió un 20%. Me emocioné durante unas horas, pero luego el precio empezó a caer.
El miedo a perder el capital me hizo vender de inmediato. Para mi sorpresa, dos días después subió otro 50%.
Me quedé mirando la gráfica con las manos paralizadas, como si me hubiera dado una bofetada a mí mismo.
Después de eso, entendí una verdad: Un alza rápida seguida de una pequeña corrección no es una señal de riesgo. Es la forma en la que las “ballenas” sacuden a los manos débiles.
Si no tienes una mentalidad fuerte, siempre venderás en el peor momento.
Después empecé a seguir las monedas de moda. Una vez, una moneda estaba en una zona de precios altos pero llevaba tiempo lateral. Yo estaba confiado porque “aún quedaba fuerza”.
Error fatal.
El volumen de negociación bajó varios días seguidos, pero yo lo ignoré. Una semana después, el precio se partió por la mitad, literalmente: 30 millones míos se esfumaron como si nunca hubieran existido.
Entonces lo entendí: Precio alto sin liquidez = ahogarse. Un volumen bajo, como un lago en calma, significa que el dinero inteligente se fue hace tiempo.
Desde entonces, me puse una regla: En zonas altas, hay que mirar el volumen. Si no hay flujo de dinero, salgo inmediatamente.
Esta fue la más dolorosa.
Una moneda bajó un 25%, luego rebotó un 10%. Creí que había formado fondo y entré con todo.
Pero no… solo era un rebote “trampa”.
El precio siguió cayendo sin freno y me quedé atrapado durante 6 meses.
Hasta que aprendí: – El verdadero fondo no aparece tras un rebote inmediato.
Aparece cuando: ✔ El volumen cae fuerte (se estrecha) ✔ El precio se mueve lateralmente de forma ajustada ✔ 3 días seguidos con velas verdes y aumento de volumen
El año pasado, Bitcoin mostró exactamente este patrón. Entré en la operación.
Medio año después, mi cuenta se triplicó, y entonces entendí el significado de la palabra “disciplina”.
Lo que me ha llevado lejos: No es la inteligencia, sino saber “no ser terco”
Ahora solo creo en dos cosas:
Creer en el volumen, no en los rumores El precio puede ser manipulado, inflado o hundido. Pero el flujo de dinero no se puede ocultar.
No ser codicioso, no tener miedo, no ir all in Siempre guardo al menos el 30% del capital para oportunidades inesperadas. No hago FOMO ni intento cazar fondos sin suficientes señales.
Mensaje para los que acaban de entrar al mercado
Si estás: Operando con las manos temblorosasViendo rojo y te asustasViendo verde y te pica entrarSientes que siempre compras en el techo y vendes en el suelo
Recuerda estas 3 lecciones que aprendí con mi sudor:
– Mantén la mente firme – Observa el volumen antes de mirar el precio – No seas codicioso, no tengas miedo, no vayas con todo
Ve despacio pero seguro y ganarás a largo plazo. Si vas rápido y sin disciplina, tarde o temprano el mercado te dará una lección para toda la vida.
Si te sientes atascado en el trading, necesitas más conocimientos básicos, una estrategia sólida o quieres estar informado antes que los demás…
👉 Sígueme @blogtienso – comparto experiencia real, sin adornos, sin endiosar.