Recientemente vi un caso bastante interesante.

Una persona entró en el mundo cripto el año pasado, con apenas unos cientos de dólares. En su primera operación estaba tan nervioso que apenas se atrevía a parpadear mientras miraba el gráfico. ¿Tres meses después? El saldo de su cuenta llegó a 20.000 dólares. No se liquidó nunca, no persiguió subidas, simplemente fue avanzando paso a paso de forma constante.

Esto me hizo comprender una cosa: tener poco capital no es una desventaja, el verdadero problema es el método.

Mucha gente piensa que si tiene poco capital debe jugárselo todo a una gran apuesta, pero el resultado suele ser perderlo todo y abandonar. En realidad, cuanto menos dinero tienes, más reglas necesitas seguir. Por lo que he observado, quienes consiguen hacer crecer pequeñas cantidades de dinero cumplen básicamente tres reglas de oro.

**Primera regla: nunca pongas todos los huevos en la misma cesta.**

Aunque solo tengas unos cientos de euros, divídelos en tres partes. Una parte para operaciones intradía, enfocándote en las principales criptomonedas, ganando un 3-5% y saliendo sin avaricia. Otra parte para swing trading, aprovechando tendencias durante unos días para obtener beneficios más estables. La última parte es la posición base: no la toques pase lo que pase en el mercado. Ese es tu dinero de seguridad, también tu capital para remontar.

He visto demasiados apostarlo todo de una vez. Cuando ganan se sienten invencibles, cuando pierden se hunden. Los que sobreviven son los que siempre dejan una vía de escape.

**Segunda regla: opera solo en mercados que entiendas.**

La mayor parte del tiempo, el mercado no tiene una dirección clara; moverse sin sentido durante la lateralización solo sirve para pagar comisiones. Si no hay oportunidad, espera, no operes por aburrimiento. Cuando la haya, actúa y, si ganas más de un 10%, retira al menos la mitad del beneficio para asegurar lo ganado. Solo el dinero que está en tu cartera cuenta como ganancia real.

Quien hizo crecer su cuenta tenía una clave: aprendió a esperar. No perseguía subidas, no vendía en pánico, no se dejaba llevar por el FOMO y, cuando tocaba salir, lo hacía sin dudar.

**Tercera regla: usa reglas para controlarte.**

No dejes que las emociones dominen tus operaciones. Fija un stop-loss y cúmplelo estrictamente, sal cuando alcances tu objetivo y no pienses “voy a esperar un poco más, quizá suba más”. El mercado no se adapta a tu suerte, la disciplina es tu único salvavidas.

En resumen, este sector no es un casino. Incluso con poco capital puedes seguir un buen ritmo, pero primero tienes que controlar tus propias manos.