Este año, a las empresas cotizadas en EE. UU. y Canadá especializadas en acumular criptomonedas no les está yendo nada bien. Los datos muestran que la mediana de las cotizaciones bursátiles de estas compañías, que mantienen tesorería en criptoactivos, se ha desplomado más de la mitad, cayendo un 43%; algunas han perdido directamente más del 99% de su valor.

El año pasado, estas empresas aún vivían un momento de gloria, recaudando fondos de forma frenética para comprar bitcoin y otros tokens, y sus acciones subían al mismo ritmo que sus posiciones en cripto. Pero ahora surge el problema: las criptomonedas almacenadas no generan ingresos por sí solas, las deudas contraídas para financiarse generan intereses, y las acciones emitidas obligan a pagar dividendos, por lo que los costes no paran de crecer. Cuando los inversores hacen cálculos y lo ven claro, el ánimo cambia de inmediato y la ola de ventas no tarda en llegar.

SharpLink Gaming es un caso típico: su cotización se ha desplomado desde máximos. Esta corrección es, en realidad, una advertencia al mercado: un modelo de negocio basado únicamente en acumular criptomonedas no resiste la prueba de un mercado bajista. Sin capacidad para generar ingresos propios, las historias sostenidas únicamente por el precio del token están destinadas a colapsar tarde o temprano.