Anoche, en una fiesta en un KTV de Shanghái, gasté 3.800 yuanes para que una chica me acompañara a cantar.



Era increíblemente dulce, como si hubiera salido de un manga. Jugamos a los dados: si perdía, tenía que cantar una balada. No solo cantó, sino que añadió dos canciones más, con una voz suave, apoyándose en mi hombro mientras decía: "Hermano, esta canción es para ti".

Mientras jugábamos, de repente sacó de su bolso una botella de zumo a medio beber, aún con la marca de su pintalabios. Sonriendo, me la metió en la mano: "Hermano, ¿a ver si te parece dulce?".
En ese momento, pensé que hacía mucho que nadie me mimaba así, me sentí querido, como cuando de estudiante robaba caramelos a escondidas; una sensación cálida y dulce.

Después, me sentí un poco achispado. Cuando me vio entrecerrar los ojos, vino rápido a ayudarme, me dio unas palmaditas en la espalda y me dijo que no bebiera más. Luego me apoyó la cabeza en sus piernas, tarareando una canción para que cerrara los ojos y descansara. En ese instante, el mundo se quedó en silencio; desaparecieron las transacciones, el estrés… solo quedó esa inesperada ternura. ¿Amor? Quizá no, pero ¿a quién le importa? La vida necesita de vez en cuando un pequeño momento de felicidad.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
  • Recompensa
  • Comentar
  • Republicar
  • Compartir
Comentar
0/400
Sin comentarios
  • Anclado
Opera con criptomonedas en cualquier momento y lugar
qrCode
Escanee para descargar la aplicación Gate
Comunidad
Español
  • 简体中文
  • English
  • Tiếng Việt
  • 繁體中文
  • Español
  • Русский
  • Français (Afrique)
  • Português (Portugal)
  • Bahasa Indonesia
  • 日本語
  • بالعربية
  • Українська
  • Português (Brasil)