Acaba de ocurrir un momento hilarante en una importante conferencia de blockchain. ¿Conoces a Peter Schiff, verdad? Ese fanático del oro que lleva años criticando a Bitcoin. Pues bien, alguien le entregó un lingote de oro en el escenario y le hizo la pregunta del millón: "¿Es oro de verdad?"

La ironía es de manual. Aquí tienes a un tipo que ha pasado toda su carrera gritando que las criptomonedas no valen nada, que solo el oro físico importa, que Bitcoin es una burbuja a punto de estallar. Y ahora está ahí, mirando un lingote de oro, de repente sin saber si lo que tiene en las manos es auténtico o no.

Piénsalo. No puedes verificar el oro en el momento sin equipos especializados. Necesitas pruebas de ácido, medición de densidad, tasadores expertos. Mientras tanto, ¿la autenticidad de Bitcoin? Verificada en la blockchain en segundos. Cualquiera, en cualquier lugar, en cualquier momento.

Esta pequeña broma resume a la perfección todo el debate entre los activos tradicionales como reserva de valor y los digitales. A los entusiastas del oro les encanta hablar del "valor intrínseco" y de los "5.000 años de historia", pero cuando llega el momento de la verdad, ni siquiera ellos pueden saber si lo que tienen es el verdadero oro o un pisapapeles elegante.

La comunidad cripto se lo está pasando en grande con esto, y sinceramente, ¿quién puede culparles? No todos los días se ve un ejemplo tan perfecto en el mundo real de por qué la verificación sin necesidad de confianza es tan importante.