Dragón Rey, Vida, Ray, todas estas personas han cerrado sus cuentas de Twitter, mientras que aquel que en su día gritaba "ORD rentabilidad estable del 30% mensual" sigue viviendo de la atención pública.

Es el típico caso de “la moneda mala expulsa a la buena”.

En realidad, es normal que los creadores de contenido valiosos se equivoquen en sus juicios de trading; mientras no actúen de mala fe y sean coherentes entre lo que dicen y hacen, no hay motivos para criticarlos. Pero el problema es que precisamente este tipo de creadores suelen preocuparse más por la opinión de los demás, y cuando cometen un error caen en la trampa de justificarse o pierden por completo las ganas de compartir. En cambio, los que solo buscan tráfico sin aportar valor real piensan “da igual que hablen mal, lo importante es que hablen”; después de ser criticados, siguen publicando sin ningún desgaste interno.

Los minoristas no pueden juzgar la calidad de los proyectos ni el nivel real de los KOL. Las direcciones públicas solían ser una forma de filtrar, pero ahora que hay infinidad de herramientas para monitorizar el “dinero inteligente”, operar en abierto afecta demasiado a los traders; además, hay quienes manipulan la narrativa, vinculando las operaciones públicas con “cortar seguidores”, “acumular con cuentas pequeñas y luego dar señales con cuentas grandes”, lo que ha llevado a que cada vez más líderes prefieran no operar en abierto.

Si lo piensas un poco, es fácil verlo: la mayoría de los creadores quieren que se reconozca su capacidad, y los que nunca operan en abierto y encima critican a quienes sí lo hacen, o viven de la atención pública, o solo buscan aprovecharse del caos.

Este fenómeno va a más, y el contenido de calidad debería ser la base fundamental de este sector.