Aquí hay una predicción salvaje que mantiene a los investigadores de seguridad despiertos por la noche: la fortuna original de Bitcoin podría ser vulnerable dentro de una década. Hablamos de esas monedas intocadas de los primeros días.

¿La matemática detrás de esto? La capacidad de procesamiento cuántico se duplica anualmente. Eso ya no es ciencia ficción—es una tendencia documentada. Y aquí es donde se pone interesante: estas máquinas están acercándose al umbral donde teóricamente podrían realizar ingeniería inversa de la criptografía de curva elíptica. Ejecutar algoritmos especializados para descifrar claves privadas a partir de direcciones públicas se vuelve factible.

La vulnerabilidad radica en la arquitectura técnica. ¿Esos monederos asegurados con hashing de 160 bits? Eran de vanguardia en 2009. Dieciséis años después, estamos frente a un panorama de amenazas completamente diferente. La pregunta no es si los sistemas cuánticos alcanzarán ese punto de quiebre, sino cuándo.