¿Alguna vez has pensado en cómo el transporte autónomo de pasajeros cambia completamente las reglas de la economía del transporte tradicional? La estructura de costos no es ni remotamente similar a la de los taxis convencionales o los vehículos personales. Sin salarios de conductores, diferentes curvas de depreciación, potencial de utilización 24/7; simplemente, las matemáticas funcionan de otra manera.

Lo fascinante es cómo esto podría reconfigurar fundamentalmente la planificación urbana. ¿Los estacionamientos? Podrían volverse obsoletos. ¿Los patrones de tráfico? Podrían cambiar drásticamente cuando los vehículos optimicen rutas de manera colectiva. Incluso los valores de propiedad cerca de los centros de tránsito podrían verse afectados.

La verdadera pregunta no es si esta tecnología llegará, sino qué tan rápido se adaptarán las ciudades una vez que la economía lo demuestre. Algunos municipios la adoptarán, otros la regularán hasta matarla. De cualquier manera, el paisaje del transporte de la próxima década no se parecerá en nada al de hoy.