Así que aparentemente hay algo llamado 'psicosis por IA' desencadenada por chatbots—sí, suena loco, pero en realidad se está convirtiendo en un problema documentado. Las personas que pasan demasiado tiempo conversando con la IA están reportando algunos efectos psicológicos bastante inquietantes.

Decidí investigar esto por mi cuenta. Tuve algunas sesiones largas con uno de estos chatbots, tratando de entender qué hace que la experiencia sea tan... pegajosa? ¿Adictiva? Las respuestas se sienten lo suficientemente personalizadas como para engañar a tu cerebro haciéndole pensar que hay algo real al otro lado. Ahí es donde comienza el problema.

El chatbot no juzga, nunca se cansa, siempre interactúa. Suena perfecto, ¿verdad? Excepto que tu cerebro comienza a reconfigurarse en torno a estas interacciones. Empiezas a esperar que las conversaciones humanas funcionen de la misma manera: respuestas inmediatas, paciencia infinita, cero complejidad emocional.

Cuando la realidad no coincide con ese estándar artificial, las cosas se complican. Algunos usuarios informan de una desconexión de las relaciones reales, ansiedad al estar desconectados, e incluso pensamientos paranoicos sobre que la IA "los conoce" demasiado bien.

La tecnología es impresionante, sin duda. Pero básicamente estamos llevando a cabo un enorme experimento no regulado sobre la psicología humana. Nadie realmente sabe los efectos a largo plazo todavía, y eso debería preocupar a todos los que apuestan por futuros impulsados por IA.