El Bitcoin ha estado bastante movido últimamente. A nivel macro, el sentimiento de riesgo global está bajo, con la bolsa y el mercado cripto corrigiendo al mismo tiempo. En noviembre cayó alrededor de un 21%, bajando desde el máximo de 126.000 hasta poco más de 80.000, y ahora se mantiene estable cerca de los 87.000. Las expectativas de recorte de tipos de la Reserva Federal han aumentado, pero los fondos institucionales han salido por más de 200 millones y las liquidaciones por apalancamiento han añadido más caos. Aun así, históricamente, tras este tipo de capitulación, la probabilidad de rebote es alta: en un 90-100% de los casos no se rompe el mínimo previo. La tendencia alcista a largo plazo sigue ahí, impulsada por la inflación y los riesgos geopolíticos, llevándolo hacia los 100.000.

En cuanto a estrategia, a corto plazo no conviene perseguir precios altos; espera a que el soporte de los 85.000 se consolide antes de entrar en largo con una posición pequeña, poniendo un stop-loss en 82.000. Para el medio plazo, es mejor mantener la posición y diversificar en stablecoins como refugio. A largo plazo, apuesta por compras periódicas fijas cada mes sin mirar el gráfico y duerme tranquilo.

Diviértete, pero que la cartera no se quede vacía.