#MyWeb3ThankfulMoment

Al principio, nunca me imaginé que terminaría entrando en el mundo llamado Web3. Las palabras “blockchain”, “wallet” o “airdrop” sonaban como algo complicado, lejano y que no era para mí. Pero un día, una amiga me invitó a participar en un airdrop.
“Venga, pruébalo, es divertido”, me dijo.
Yo simplemente asentí, aunque en realidad no entendía mucho.

Pero la curiosidad me llevó a seguirle el paso.
Los primeros días fueron un lío: crear la wallet, hacer tareas, acumular puntos. Pero, de alguna manera, hubo algo que me hizo quedarme: la curiosidad y un poco de esperanza. Y cada día, me iba acostumbrando más.
Entonces, sin darme cuenta, descubrí algo mucho más valioso que el propio airdrop:
la comunidad.

Conocí a personas que también estaban aprendiendo, que también se habían sentido perdidas al principio, pero que se ayudaban unas a otras, se enseñaban y se animaban sin esperar nada a cambio. No eran solo nombres de usuario en la pantalla—eran como una nueva familia que crecía junta en el mundo digital.

Cada vez que entraba en el grupo, leía los debates o participaba en un evento, sentía una calidez que no sé explicar. Me sentía aceptada. Sentía que tenía un lugar. Sentía que estaba creciendo.
Y en un momento dado, comprendí algo:
Ya no estaba solo siguiendo a una amiga para participar en un airdrop.

De verdad me gusta este mundo.
Incluso lo amo.
Esta comunidad me ha hecho creer que cualquiera puede empezar desde cero.
Que un gran viaje puede empezar por algo sencillo.
Incluso por una simple invitación de una amiga que, al principio, solo era por diversión.

Ahora, Web3 no es solo un hobby para mí.
Es un viaje que me ha abierto nuevos caminos, nuevas amistades y nuevas esperanzas.
Y estoy agradecida, muy agradecida, por haber dicho:
“Sí, voy contigo.”