Me duele pensar en esa persona llena de preocupaciones pero sin nadie a quien contarle, que al caer la noche solo puede apoyarse en la almohada mezclada con sus propias lágrimas, sin atreverse ni siquiera a llorar en voz alta. Cuando se trata de amor, eres más condenado que nadie.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
Me duele pensar en esa persona llena de preocupaciones pero sin nadie a quien contarle, que al caer la noche solo puede apoyarse en la almohada mezclada con sus propias lágrimas, sin atreverse ni siquiera a llorar en voz alta. Cuando se trata de amor, eres más condenado que nadie.