La lógica subyacente del mundo de la encriptación, en pocas palabras, es desmitificar el asunto financiero.

Al principio, todos pensaban que emitir monedas era un trabajo técnico, pero luego apareció la herramienta de emisión de monedas con un solo clic, y la barrera de entrada se redujo a cero. Luego, las cadenas públicas fueron vistas como recursos escasos, y no se esperaba que la emisión de cadenas también pudiera ser un proceso estandarizado. Cuando los desarrolladores de proyectos aún estaban luchando por obtener un lugar en los intercambios, surgió el DEX: ¿quién dijo que no hay liquidez sin un intercambio? Los creadores de mercado solían ser un privilegio de las instituciones profesionales, pero cuando salió el mecanismo AMM, los algoritmos reemplazaron a los humanos, y cualquiera pudo proporcionar liquidez. Al final, incluso el comercio de contratos, la arma secreta de los intercambios centralizados, comenzó a ser afectado por los protocolos de derivados en la cadena.

Cada vez que se rompe la "escasez", es una redistribución del poder. Este es el aspecto más fascinante de esta industria.