Un importante banco estadounidense acaba de cambiar su postura respecto a las acciones tecnológicas, pasando a una posición neutral después de meses de llamadas alcistas. ¿La razón? Las valoraciones se han vuelto ridículas—estamos hablando de 46 veces las ganancias para el sector frente a las 29 veces del índice S&P 500 en general. Esa es una brecha que no se puede ignorar. Cuando todos están tan optimistas y los precios están tan estirados, incluso pequeños contratiempos podrían desencadenar retrocesos importantes. La relación riesgo-recompensa ya no parece atractiva.